Estoy escribiendo otro post en el que hago uso de estos dos conceptos, conocer y dominar. Adicionalmente, en ésta y la semana pasada, he tenido que moverme entre ellos, al elaborar un escrito sobre el programa académico al que pertenezco en la UPIICSA y al tener algunas interacciones con reclutadores.
En el mercado laboral de la informática y computación, es muy común encontrar ofertas que piden «conocimiento» de una tecnología, producto o lenguaje de programación, pero también los hay que demandan «dominio» de éstos. Considero que la distinción es obvia. El primero implica la exposición y adquisición de una experiencia (si ésta es básica o intermedia, dependerá del empleador y no importa mucho para este escrito dicho nivel) de la que puede partirse para interactuar, sin requerir de un entrenamiento específico. El segundo, «dominio«, implica un mayor conocimiento o experiencia de uso. Propio de alguien de quien se espera aprender, más que enseñarle o interactuar en igualdad de términos. Pero an la práctica parece que indiscriminadamente se usan y hasta de forma intercambiable.

En la descripción del plan de estudios de la Maestría en Informática de la UPIICSA se indica, dentro de sus objetivos, el buscar contribuir con egresados que posean un «dominio» en ciertas competencias o campos de estudio. Lo cierto es que esto no pasa de ser un buen deseo. La verdad es que la formación que el plan de estudios proporciona (y lo mismo para muchos otros programas de estudio) difícilmente podría ofrecer tal dominio (y ya no en un campo de estudio, técnica, tecnología o habilidad sino hasta en una sola de las disciplinas que lo conforman). Además, dado el ritmo de avance de la informática y computación, dicho dominio es efímero. Un «dominio» como el que defino aquí, es algo que se logra a través de muchos años de práctica después de su egreso de un programa académico o de capacitación.
Más apropiadamente, considero, el deber ser para vender todos estos programas académicos es hablar de la formación de un criterio que permita alcanzar y mantener dicho dominio por parte del egresado. Llevando esto al campo profesional (el laboral, sin importar sea académico o comercial), implica que se un reclutador o potencial empleador sepa diferenciar un conocimiento de un dominio e igualmente poder ponerlo a prueba y evaluarlo. La verdad es que esto también es un buen deseo por parte de ellos, pues la mayoría de los reclutadores desconocen lo que deben pedir o buscar en trabajos de alta especialización (que va de la mano con el dominio) demostrando que ellos no tienen dominio de su actividad.
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