¿Qué onda con BioBox?

Todo mundo tiene las mejores intenciones para con el medio ambiente. No dudo que día tras día aparezcan gente e iniciativas bienintencionadas para atender alguno de los problemas que nos aquejan (que creo en su totalidad nosotros mismos nos los generamos) y que se suman, al final, al problema del calentamiento global. Como decimos aquí en México, la gran mayoría de estas «buenas consciencias» quedan en «llamaradas de petate» (que refleja muy bien mucho de la idiosincracia y cultura de nuestro país).

Por supuesto no es fácil hacer una crítica constructiva a estas personas e iniciativas, pues de inmediato se sienten atacadas y recurren al chantaje, la falacia ad hominem, auto flagelo, o alguna otra excusa o justificación. «¿Y tú que haces?», «Es muy difícil», «tenemos recursos limitados», «busca en nuestro sitio», «usa nuestra app», «nosotros estamos haciendo algo, ¿tú? nada», «hazlo tú si te crees tan bueno», etcétera. Y si tienen seguidores o fans en el foro donde expreses tu opinión, igual se paran de pestañas y se ponen de agresivos, pues como si fuera una «misión divina» se sienten ungidos o santificados con la «única verdad» de que son «ecologistas» y lucha contra un mundo egoísta y un universo en su contra. El mejor ejemplo de esto me parece Greenpace y sus huestes.

A nivel nacional o local (en este caso la CDMX, por ejemplo), encontramos muchas de estas iniciativas bien intencionadas que en la práctica fallan (sin que ello implique el fracaso, sólo digo que podrían hacer las cosas de forma más simple y con mejores resultados). Podría dar una larga lista de aquellas en las que he creído o con las que he participado y que ahora son historía pero me ahorré ello. Sólo voy a mencionar «areas de oportunidad» que he encontrado con una que me parece buena, que he seguido desde hace tiempo pero que me hace las cosas difíciles.

Ya desde hace tres o cuatro años que supe de BioBox. Yo venía ya desde años atrás juntando cartón, periódico, PET y otros materiales que llevaba al centro de reciclaje que tuviera más cercano, tratando de fomentar una cultura y principios en mis hijos. Esto no es fácil, pese a que digan lo contrario. Acumular basura en tu casa no es práctico ni sano. Se requiere espacio y estar convencido del porqué lo haces. «Salvar al mundo» o «ayudar a la ecología» no es ya algo que las jóvenes generaciones compren fácilmente y por ello una recompensa más inmediata se hace necesario. Vender tu basura en los centros de reciclaje es algo que parece más tangible y así, por ejemplo, el ir al cine con el producto de aquello que con tus hijos llevaste al centro de reciclaje, parece que deja más huella. No dudo que esto es lo que detrás de BioBox evaluaron sus fundadores.

Para no hacer demasiado larga esta historía, BioBox no terminaba por convencerme. Primero, había que sacar una tarjeta. Segundo, pocas máquinas (que no era raro verlas fuera de servicio o llenas), que agregaban un factor de distancia. Tercero una recompensa muy pobre. Ya tiene tiempo que a mi basura he sumado las cápsulas de café, y era (aún lo es) un pendiente en mi cabeza el reciclaje de éstas. Supe recientemente que BioBox se sumaba a al reciclaje de las cápsulas y que además había pasado de ese monedero, a un app. El que ya hubiera una máquina de BioBox cerca de mi domicilio me animó a considerar sumarme a esta iniciativa.

Desafortunadamente, dicha máquina no acepta cápsulas de café, pese a lo que las páginas web de Dolce Gusto de Nestlé y de BioBox indiquen (donde además aparecen mal las direcciones). «Ok, nada de que extrañarse en este país», pensé, «busquemos otra». Así lo hice. Mismo resultado (y no están cerca, por lo que una o dos más en una búsqueda infructuosa es suficiente), esto desanima a cualquiera.

También tenía curiosidad de ver cómo es el procedimiento de uso de estas cajas. Ya he visto videos en YouTube mostrando como hacer uso de estas estaciones para las botellas PET pero sobre las cápsulas hay un enorme misterio. Y, ni en la pantalla de éstas ni en su exterior hay instrucciones sobre el proceso a seguir para ello. Lo cual es otro elemento para desanimar a la gente. También veo que las máquinas están ubicadas en lugares alejados de donde vive la gente (y seguramente hay una razón de ello) pero yo consideraría que hay más posiblidades de hacer uso de esta si se colocan afuera de un edificio, que en la esquina de un estacionamiento o salida de un metro alejadas tres o cuatro calles de una concentración habitacional.

En fin. Para terminar, tuitee no hace mucho al respecto. BioBox se limitó al sólo responder, en resumen, «que hay muchas otras máquinas y que le busque». Patético.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.