
Mis primeros contactos con la idea de la virtualización fueron cuando cursaba la licenciatura y supe del USCD Pascal y su p-code por alguna clase y libros que después consulté en la biblioteca de la UPIICSA. Eso habrá sido alrededor de 1986 u 1987. También por esa época supe de la diferencia entre «simular» y «emular».
Posteriormente alrededor de 1993 o 1994, trabajando para Mexicana de Aviación, fui trasladado de su base de mantenimiento (dejando mis adoradas VAXes) a la Torre de Xola donde había un mainframe IBM corriendo con, esencialmente el binomio VM/MVS (VM como sistema operativo base e hipersupervisor y MVS como una máquina virtual). En el dichoso mainframe se tenían otras cinco u ocho máquinas virtuales con otros sistemas operativos que se necesitaban por sistemas heredados. En aquel entonces me pareció una maravilla la idea.
No recuerdo si también fue antes o después de esto que supe de la emulación (y algunas otras alternativas con hardware dedicado) que podía tenerse en las Macintosh para poder correr MS-DOS, pero estoy seguro que la idea de IBM fue primero.
A principios del presente siglo, cuando comencé a coquetear con las Mac, me interesó el Virtual PC, posteriormente adquirido por Microsoft. De hecho llegue a adquirir el software y llegué a usarlo un poco, pero programas de uso intensivo de gráficos presentaban problemas y hasta ahí llegó mi interés
Fuera de esto, realmente nunca me atrajo mucho el tema de la virtualización. Se me hacía algo que no usaba verdaderamente todo el poder del equipo, ergo, que era lento. A pesar de que la experiencia de Virtual PC, en términos de velocidad, no habían sido tan desalentadores.
Ya bajo OS X llegué a saber de VMware y Parallels, y de la competencia que desataron. Llegué a probar ambos para poder crear máquinas virtuales con Solaris pero las primeras pruebas con Windows me dejaron con esa sensación de lentitud y, tratar de hacer algo con Solaris, nunca se logró. Poco después supe de VirtualBox pero se me hacía algo más complicado que las dos primeras y hasta ahí llegué. Curiosamente, me tocó dirigir una tesis sobre el tema. Varias veces también, al dar los cursos de Sistemas Operativos o Seguridad Informática en la SEPI de la UPIICSA, toqué el tema de la virtualización, de acuerdo a la naturaleza de la clase, pero aún así el tema no pegaba conmigo.
Hace poco menos de dos años, debido a la certificación que tomé en el CIC en administración de Linux (CentOS) tuve que hacer uso (algo más serio) de VirtualBox. La experiencia de hecho me agradó, ya que correr CentOS sólo con línea de comandos fue rápida. Posteriormente, debido a uno de los cursos de Coursera sobre cloud computing recurría al uso de VirtualBox para ilustrar algunos temas sobre Hadoop con una instalación sobre una máquina virtual, y que el año pasado, por un taller de Big Data nuevamente eché mano de éste. Así, en estos dos años, comencé a tomar notas y registrar mis experiencias con VirtualBox.