Esta serie de entradas se detuvo hace tiempo. En parte porque lo que en ella se pretendió incluir pasaron a ser más el reporte de problemas que el recuento de una experiencia de uso. Pero, en realidad esas experiencias de uso no se han detenido del todo. Tengo ya varias «en el tintero» y muchas otras en la cabeza que espero poder ir liberando.
Una facilidad que tiene macOS, a través del Finder es la de… bueno, puede quizás ser vista como dos y no precisamente como una sola: los reemplazos de texto o abreviaturas y los atajos de teclado. La verdad es que ambos términos parecen ser o hablar de lo mismo pero son dos cosas aparte.
Los atajos del teclado son más acciones asociadas a una combinación de teclas como los famosos ⌘+c y ⌘+v (CTRL+c y CTRL+v en Windows). Si bien es la más usada y conocida de estas dos, lo cierto es que la gran mayoría de usuarios aprende los atajos más conocidos (o consistentes, perpetrados entre distintas versiones y diferentes sistemas operativos o interfaces de usuario) sin definir nuevos (lo cual es relativamente simple) y subutilizando algo muy práctico. Lo cierto es que los usuarios tienden a ser flojos y depender del dispositivo apuntador y la interfaz gráfica. Les da flojera echar a andar la cabeza y aprender algo.

Los «reemplazos de texto» o «abreviaciones» (¿»abreviaturas»?) son aún menos usadas y quizás conocidas (prueba de ello, considero, el menor número de entradas después de su búsqueda en la Internet, a diferencia de una búsqueda sobre los shortcuts). Desaprovechando (a diferencia de lo anterior), otra gran característica que ayuda a ahorrar tiempo.
En mi caso, siempre he preferido tener la interfaz del Finder en inglés, para lo que los reemplazos de texto son muy específicos (como ℅, ver más abajo), por lo que las imágenes que he usado mostrarán estas abreviaturas.
Para el caso de «Ventura«, desde el System Settings
uno busca la entrada para el teclado y en ella «Text Replacements«.
Aquí es donde uno puede definir cierta secuencias de caracteres que se expandirán por otras («reglas de producción», diríamos los lingüistas o científicos de la computación). En mi caso, que siendo profesor debo revisar trabajos escritos sobre los que hago comentarios (haciendo uso del control de cambios del Word, o mediante anotaciones en los PDF que me entregan), repetir muchas veces una misma anotación es cansado y aburrido. Por lo que descubrir estos «reemplazos de texto» y ponerlos en prácticas ha sido algo que me ha ahorrado mucho tiempo.
Actualización 2023.04.15: El tiempo pasa y las cosas no se hacen «más nuevas». He decidido dar por concluida esta serie y mejor continuar con la que inició después de ésta. Ya las crónicas de descubrimiento y prueba de un equipo nuevo con un nuevo sistema operativo han sido rebasadas por nuevas versiones del sistema operativo y los problemas originales han quedado olvidados, solucionados o dado lugar a otros nuevos problemas.