Hay un refrán que dice «es más fácil pedir perdón que permiso«. Parece motivado por el hecho de esa inhibición o timidez que a uno le da cuando se encuentra en un nuevo empleo. Pero con el tiempo uno la va dejando y empieza a tomar decisiones buscando hacer mejor (o más fácilmente) su trabajo en lugar de apegarse a ciertos protocolos. Aquí en México esto es llamado «brincarse las trancas» (haciendo alusión a lo que hacen los animales grandes de granja cuando brincan fuera de un corral (formado por troncos, tubos u otro elemento que les llaman «trancas» de forma genérica y coloquial). Usualmente llegar a este punto llega tiempo, pero en mi pasada experiencia laboral me di cuenta que tales precauciones (o respeto exagerado) sólo llega a dificultar el aprendizaje necesario que todo quien inicia un nuevo empleo debe pasar. En esta ocasión, cayendo en cuenta de la experiencia aprendida, he decidido «tomar las riendas» y poner al equipo como me gusta (y quizás necesite), toda vez que he visto que mi supervisor no tiene nada definido al respecto (y quizás desconoce algunas cosas).

El actual «estandard» en los equipos de desarrollo es «Big Sur» con Python 3.7, PyCharm, Z shell y el Google Cloud Development Kit. Pero, dado que se apoyan más con Databricks, lo anterior parece no ser tan obligatorio por lo que he estoy mejor instalando lo que conozco, VS Code, BASH y Miniconda.
Entonces, ya veré si después pido perdón.