Este año se presentaron dos adaptaciones cinematográficas (bueno, una de ellas en la pantalla chica en forma de una serie transmitida por streaming). Bien, quizás hubo más pero de las que escribiré son de dos libros clásicos, con millones de lectores y todo un culto detrás de ellos.
Por una parte tenemos «Dune«, la adaptación del primer libro de la serie de historias de Frank Herbert que inician y giran en torno al planeta Arrakis. Ya antes hubo un intento previo, que no resultó muy afortunado pero sí permitió acentuar el culto alrededor de esta obra. Mucho ya se ha escrito, analizado y debatido del porqué no funcionó el intento de David Lynch. Yo sólo diré que ocurrió lo mismo que le pasó a Kubrick con la obra de Arthur C. Clake, «2001: An Space Odissey«: si uno no ha leído el libro no entenderá el film, pese a los esfuerzos de Kubrik por explicar visualmente lo que Clarke describió.
La adaptación de Villeneuve logró expresar el misticismo del libro, creando una obra visualmente maravillosa, sin caer en las exageraciones «hollywoodenses», pero entendible (creo) para quien no ha leído el libro.
Antes del estreno de esta cinta, vi en YouTube otra adaptación de esta obra en forma de una miniserie de 6 capítulo, que me pareció buena. Siendo una miniserie se tuvo tiempo suficiente para explicar mucho que lo que Lynch trató de hacer en las 3 horas que dura su obra. Villeneuve no cayó en este error, al hacer dos partes (aunque creo que también fue una sabia decisión comercial).
Por otra parte tenemos la adaptación de «Foundation» de Isaac Asimov. Bueno, de hecho no es una adaptación tal cual, pues los créditos de apertura indican que está «basada» en las obras de Asimov y no es una adaptación, tal cual, del libro. Demasiadas libertadas se han tomado aquí. Las serie de las Fundaciones son una obra muy complicada como para llevarlas al cine y se presta más para ser una serie. Sin embargo, creo que aquí los productores la han regado feo:
- El título le sugiere equivocadamente al espectador de que se trata de la obra o una adaptación muy cercana (tratando de plasmar al libro en imágenes) de la obra de Asimov. No veo nada de malo en extender la obra planteando historias que no eran posibles narrarlas en el libro pero de ahí a que se cambié es otra cosa. Los productores se salvan, pues pueden decir que es una obra «basada en» y no la representación del libro.
- Mi generación, y muchas más, crecimos leyendo esta obra y maravillándonos con lo que planteaba. La adaptación que Apple ha llevado a la pantalla chica es todo lo contrario al espíritu del libro («violencia es el último recurso del incompetente»), donde la fuerza y su uso están presentes en todo momento. Nada se resuelve inteligentemente, contrariamente a lo expresado en el libro, guiados por fuerzas que van más allá de la que puedan tener los protagonistas en lo individual o en sus comunidades. Ver violencia y batallas «hollywoodescas» es una afrenta a las memoria de esta obra y su autor.
- Dado que estamos viviendo una era de cambio y tolerancia, vemos ahora que muchos personajes son representados por un actor de raza negra o de alguna otra minoría. Creo que no hay descripciones en la obra de Asimov que nos lleven a pensar en otra cosa pero, dado que los que conocimos estas historias crecimos en una era donde los blancos dominaban el discurso, nos hicimos a una cierta imagen al respecto de los personajes.
- Similarmente, algunos personajes son ahora caracterizados por mujeres, lo que no es parte de la obra original. Igual, efectos de nuestra era que busca la igualdad de género. Lo mismo ocurre para captar audiencias jóvenes, algunos personajes y otros introducidos en esta historía son jóvenes, adolescentes pubertos, lo que choca con lo que la obra original describe, personajes doctos en la vida.
No tengo problema en que algunos personajes sean llevados en las nuevas versiones fílmicas por mujeres (como ocurrió en el remake de «Battlestar Galactica» con el personaje de «Starbuck», interpretado por Katee Sackhoff, o el de «Boomer» por Grace Park y de quien considero lo hicieron excepcionalmente; o como fue el caso de la actriz británica de color Sharon Duncan-Brewster interpretando a Liet Kynes en el reciente film de 202, «Dune») o actores de color (el caso de Jet en «Cowbow Beebop»), o cualquier combinación de esto. Al final, el sexo o color no son relevantes si se trata de un actor o actriz adulto interpretando un personaje adulto que toma decisiones o realiza acciones de adulto. La coherencia de la trama, obra o historia no sufre cambios significativos, de hecho permite explorar algunas otras alternativas interesantes.
Sin embargo, cuando se trata de una actriz o actor juvenil, interpretando un rol adulto con acciones que le pertenecen a un personaje que presupone un rol de mayor experiencia, la coherencia se rompe. Desafortunadamente, para justificar la habilidad o conocimiento que el personaje requiere recurren a esa justificación fantasiosa de poderes sobrenaturales, actos divinos, «elegidos» o «espaciales» y la ciencia queda relegada a segundo plano (o peor, es deformada). Así, «Foundation» no es lo que uno imagina que es. Es otra cosa. Es un error.