No hace mucho (aunque en tiempo de desarrollo informático fue hace eones), tener un sitio web era algo que distinguía a una empresa de otra en términos de vanguardia informática y de computación. Hoy en día es algo más obligado y el no poseer un sitio web queda sólo para los negocios de barrio.
La tendencia actual es de apps para móviles. Toda empresa grande y las dependencias gubernamentales buscan tener su app. Así como esa fiebre de poner CAPTCHAS para todo, las apps son la fiebre en este momento. Esto ha llevado a otro problema, pues tener web y app no es fácil en su mantenimiento. Así, uno debe ir descubriendo por ensayo y error quién ya tiene su app y está moviendo servicios a ésta, descuidando la versión web.
Recientemente me vi con la necesidad de obtener un reporte de semanas cotizadas del IMSS y tras dos días de intentar hacerlo por el sitio web del IMSS decidí ver si este organismo cuenta ya con una app y si a través de ésta podía obtener el dichoso reporte. Resultó que sí. Aparentemente, uno debe ahora registrarse con la app para poder obtener este servicio en la web. Lo cierto es que los servicios en línea del IMSS eran un relajo en ese momento.
Finalmente, para completar la impresión de esta fiebre de apps que describo, resulta que también yo me he alineado al asunto. Desde hace dos meses que vengo ayudando a una ONG en su sitio web. La gente de la ONG parece particularmente más enfocada a que la página se vea y comporte bien en los dispositivos móviles que en la web, aunque en ésta no se vea bien al 100 %. Me preguntaban por tratar de mantener ambas vistas bien, pero les comentaba que, quien haya diseñado su página empleó algunos frameworks de CSS que no eran del todo soportados en los móviles. Siendo una actividad pro bono, el trabajo que implica tener una versión móvil y una web es mucho para hacerlo «de a grapa». Mi recomendación fue que mejor se tratara de mantener la versión web como inicialmente se concibió y en el futuro buscar tener una app que hiciera uso de las ventajas que estos dispositivos proveen.
Un comentario en “Fiebre de apps”