
Al tercer día (después de la recepción), dadas las pruebas y nulos resultados del día anterior, consideré que el daño o falla finalmente se había hecho permanente y que, irremediablemente, debería buscar por aplicar la garantía del producto. Sucedió que ese día por la mañana, en que pensaba acudir a una tienda de Liverpool, probé y la corona funcionó como se esperaba. ¿Qué hubiera pasado de llevarlo como planeaba? Posiblemente aquel escenario que indicaba al inicio de esta serie de entradas. Cabe señalar que en estos tres días, no encontré en la Internet alguna idea o comentario sobre esta falla. ¿Realmente era una falla?

Haciendo memoria, me apreció identificar un patrón aquí. El reloj, cuando había funcionado bien, venía de estar en la obscuridad (¿mencioné que el reloj se carga por la luz que recibe en la carátula?). Una nueva hipótesis entonces, ¿sería acaso que el problema se debiera por falta de energía? ¿Por una batería no completamente cargada? ¿O una batería sobrecargada?

Las siguientes pruebas consistieron en exponer al reloj a luz intensa (natural y artificial) para que se cargara. Revisando que el indicador de carga señalará estar «lleno» o «completo», nuevamente procedí a hacer pruebas con la corona. Nuevamente la intermitencia del problema que no mostraba algún patrón discernible en su aparición, pero sí al menos ya tenía una pista sobre cómo evitar que se presentara.