Crónicas para una nueva mac (1)

He sido usuario mac desde 1998 ó 1999, cuando compré mi primera iBook, seducido por todas esas muy monas maquinitas de colores que Steve Jobs trajo para salvar y revolucionar a Apple. Siempre había tenido curiosidad por estos equipos (las Mac, en general) pero, además de caras, siempre me parecieron destinadas a las artes gráficas y no a la «computación». Una iBook Graphite (no por parecer la de colores más serios sino por ser la de mejores especificaciones) fue mi primera Mac, después de la cual le siguieron, creo, otras 5 máquinas y varios sistemas operativos.

Como seguramente ya he escrito, quedé prendido de estas máquinas por su facilidad de uso y por su vida útil (a diferencia de mi experiencia con una PC de escritorio y dos laptops a nivel personal y muchas, muchas otras «winteles» más en el terreno laboral) con las que había que estar lidiando con problemas de configuración, parches, actualizaciones, pero sobre todo la degradación del desempeño con el uso más el inevitable y obligado cambio de equipo con cada nueva versión de Windows.

Ciertamente, Apple siempre se ha distinguido por no ser nada barata. Aquí en México, la psique, banalidad y vanidad de los consumidores han etiquetado sus productos como «aspiracionales», aunque no creo que haya cifras sobre la cantidad de compras que se hacen por mero «bluff» contra aquellas que se hacen por una verdadera razón de calidad o tecnología.

La última mac que compré fue en 2012. Costaba un 50% más que las «winteles» equivalentes de su época (contra los modelos más baratos), según recuerdo. Un buen equipo. Con suficientes puertos para conectarse donde sea y con «galleta» para haber aguantado desde OSX 10.9 hasta macOS 10.15 (aunque no conoció ni «Yosemite» ni «El Capitan»). Sólo el disco duro me ha fallado (y era de esperarse) en estos 9 años de funcionamiento (con mucho movimiento en traslados laborales, viajes de placer, soporte a mis cátedras, un doctorado, e investigación en AI y ML). Pero, el tiempo y el empuje de Apple terminan siempre por alcanzarle a uno y se acerca la hora de considerar un cambio.

Ya desde hace un par de años en que voltee a ver los precios de las Mac y quedé escandalizado por sus montos. No sólo los equipos de la línea de las MacBook Pro de 13″ y 15″ habían perdido muchos puertos (siendo reducidos a sólo dos USB-C en la mayoría de éstos) sino que hasta el lector de CDROM/DVD había desaparecido. Un equipo equivalente al que tengo, y que costó $25,000, ahora costaría unos $64,000 reemplazarlo (con la disminución de conectividad mencionada). Ciertamente en el caso de las «winteles» podemos encontrar equipo igual o más costoso, especialmente aquellas dedicadas al «gaming» pero, a diferencia de las Mac, el costo de una laptop con Windows con buenas prestaciones para labores de oficina y desarrollo de software (y muchos puertos) parece no haber variado mucho a lo que yo recuerdo de hace 9 años. No sé en que momento los precios se Apple se volvieron tan escandalosos.

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