Hace tiempo empecé esta serie de entradas relatando el incumplimiento de servicio ofertado por Dolce Gusto y algunas molestias por elementos de mal diseño en su programa de puntos. En aquel momento, como es de esperarse, de inmediato la cuenta de Dolce Gusto en Twitter «brincó» pidiendo datos de pedidos y personales y ofreciendo «dar una respuesta puntual». A sabiendas de que era meramente un arrebato de presencia, proporcioné todo aquello que pidieron pero, como esperaba, no obtuve ninguna respuesta.
La vida sigue, y como cliente cautivo de esta marca, he debido hacer hoy otro pedido de sus productos, desde temprano… antes de las 08:30 horas de la mañana para ver si así son capaces de cumplir con el ofrecimiento de entrega «en el mismo día». Ya estaré entregando otra entrada en este blog mañana.