En mi propia experiencia…

Yo he tenido la oportunidad de trabajar en la iniciativa privada, en gobierno, y de forma independiente. En áreas administrativas, de ingeniería, comerciales y de investigación. Tanto en equipos enteramente formados por mexicanos como equipos multinacionales. Muchos de los proyectos en lo que he participado han sido exitosos, algunos han fracasado. A nivel individual igualmente puedo contar éxitos y fracasos.

Hace tiempo, mucho tiempo, leí un artículo en la Harvard Business Review1, del que no se me hizo nada extraordinario el descubrimiento que se planteaba. En mi propia experiencia yo he visto eso y más.

El artículo señalaba, esencialmente, como un elemento clave en el fracaso en la atenci´´on a muchos problemas, es la la sobreconfianza que hace a los administradores de un proyecto (servicio, producto, empresa o cualquier otra cosa) tomar decisiones nada apegadas a la realidad, guiados por una concepción irreal de su entorno y sus capacidades. Tal cual como vemos con el actual gobierno de López Obrador.

«No se puede administratr lo que se desconoce», es algo que siempre he dicho y escrito. Punto. No hay vuleta de hoja en esto. Uno puede rodearse de expertos, comprar los mejores servicios e informes para estudiar un caso o un producto o servicio a lanzar, pero nada de esto servirá si uno decide desatender las recomendaciones o indicaciones a seguir por considerar que la experiencia de uno tiene más peso sobre ellas; el típico: «no, no tienen idea, yo si sé».

Pero igualmente, seguirlas al pié de la letra puede no llevar al éxito. Uno debe saber qué se está haciendo o qué no se está haciendo. Si uno se rodea de expertos es para abrir la mente y aprender de ellos, sopesando lo externado contra otras opiniones y la experiencia propia; ahorrarse el tiempo de adquirir experiencia (especialmente aquella que se obtiene de los errores) y hacerlo a partir de la de los demás. La función esencial de un padre, maestro o coach, es precisamente ésa.

No tiene ningún sentido solicitar «fecha compromiso» cuando hay incertidumbre de por medio; menos cuando uno piensa que la gente de «está acolchonando» y las fechas las recorta y demanda resultados antes. El desarrollo de software, pese a lo que se diga, no es una ciencia exacta, está sujeta a muchas cosas: a un entorno, a experimentación, conocimiento y experiencia.

Referencias

  1. Dan Lovallo and Daniel Kahneman, «Delusions of Success: How Optimism Undermines Executives’ Decisions«, Harvard Business Review, July 2003. URL: https://hbr.org/2003/07/delusions-of-success-how-optimism-undermines-executives-decisions.

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