La vida en la era del coronavirus

Hace casi 10 años se publicó un libro del que todo mundo habla hoy. Hace casi una década paso desapercibido, sin pena o gloria, por la esfera editorial. Nadie lo peló, hoy todos quieren leerlo, pero dudo mucho que salvo algunos ejemplares perdidos y olvidados en algún obscuro rincón de una aún más obscura biblioteca, puedan encontrar algún ejemplar. Eso sí, sería un éxito editorial si se hiciera una segunda edición en este momento.

El libro al que me refiero es el de Enrique Ruelas-Barajas y de A.A. Concheiro, «Los futuros de la salud en México 2050«, Consejo Superior de Salubridad General, México, 2010. En el libro se plantean ciertos escenarios de estudio sobre el que se analiza el posible desempeño del sistema de salud mexicano. Uno de ellos habla de la introducción en México de un virus de alta letalidad en el año 2020, sin cura conocida y sobre el que sólo se logra control por medidas preventivas.

Ante la luz de lo que vivimos hoy resulta sorprendente para muchos el porqué esto se ignoró, principalmente por las autoridades. Lo mismo ocurrió para el caso del 9/11, nadie creyóque ello pudiera ocurrir. Como siempre la vida nos demuetsra que puede superar a la ficción. Además, lo que hoy vivimos y lo que se plantea en el el libro es algo ligero, no es el peor escenario.

Lo cierto es que la vida ya no será lo que solía ser. Pese a como lo pintan, esta pandemia no es algo como el paso del Angel de la Muerte que los hebreos experimentaron antes de escapar del yugo egipcio (como se relata en La Biblia). Es decir, no se trata de un fenómeno temporal con un periodo de inicio y fin perfectamente delimitado, al menos no mientras no se encuentre una vacuna o una cura. Se trata de un actor más en nuestro ecosistema, de un nuevo actor que llegó para quedarse.

Sí, este bicho llegó para quedarse. Pasado el confinamiento ahí seguirá. Habrá personas que serán portadores de éste (conscientes o inconscientemente), habrá rebrotes (quizás hasta estacionales), nuevamente se impondrán toques de queda y confinamientos. La gente ya no socializará como antes; el contacto físico será algo que muchos evitarán.

Hoy, además de la pandemia, existe un cierto grado de histeria colectiva. La gente tiene miedo de contagio, especialmente aquellos de un cierto nivel educativo bajo. Las nuevas generaciones que comienzan a darse cuenta de su entorno crecerán con este temor y algunos similares.

Muchos creen que aquellos que han sobrevivido son ya inmunes, pero esto no es enteramente cierto, ya la WHO está haciendo comunicados al respecto para que las autoridades sanitarias, gobiernos, y personas en general no se confíen. La inmunidad puede no necesariamente generarse por una primera infección, deben requerirse varios episodios y en muchos casos los sobrevivientes a este virus han sido por la atención médica. Para que se generase cierta inmunidad, habría que dejar que el cuerpo por sí sólo se curase.

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