En varias ocaciones he descrito en las entradas de este blog o en alguna página de apuntes, mis experiencias instando algún producto de software. En ellas a veces me refiero como «producto» o como «proyecto». Pensando un poco en los términos y como los uso, hago la siguiente aclaración.
Cuando un programa, paquete, utilería o aplicación (no excluyo a un sistema o suite, pero es más difícil hallarlos de esta forma; una «plataforma» es otra cosa) es lo suficientemente maduro para contar con un esquema de soporte y difusión (con o sin mercadotécnia; comercialmente o no), suelo llamarlo «producto», pues considero que éste es lo suficientemente maduro.
Por otra parte, cuando hablo de un «proyecto» es m´ás sobre algo que aún no ha madurado del todo. Generalmente se limita a un repositorio git, aunque es posible llegarlos a encontrar ya con una página web muy mona y con esquema de soporte y servicio pero aún así no lo considero maduro. Muchas veces el criterio que sigo tiene que ver con la cantidad de referencias y uso que parece haber del software en cuestión; podrán tener lo que parece ser ya una empresa muy bien conformada pero si la adopción de lo producido parece ser aún incipiente, prefiero llamerlo «proyecto.»