No recuerdo la primera vez que oí hablar del término «proyecto«, o de cuando comprendí su significado. Pero, esta palabra me ha venido acompañando desde hace mucho tiempo.
Mi vida profesional ha girado alrededor de la consecución de proyectos prácticamente desde que la inicié. Mi vida académica igual. Cada nivel de estudios es un proyecto, con pequeños proyectos que cada semestre se van sumando para alcanzar el proyecto final. Cada materia es un proyecto, hay un proyecto semestral en cada una y cada tarea es un proyecto.
Como profesor, cada semestre debo desarrollar un nuevo proyecto al impartir cada materia. No importa si ya la di con anterioridad, cada grupo es diferente y el contexto del tiempo en el que se cursa la materia también es diferente. Ningún semestre es igual al anterior. Los conocimientos tampoco, siempre hay nuevas ideas, enfoques diferentes y cosas nuevas que enseñar.
Así, nuestra vida gira en torno a proyectos de diversa índole, personales, familiares y profesionales. En general, por definición, un proyecto debe ser todo aquello encaminado a un fin único, claro y definido, realizado con un esfuerzo único e irrepetible (se supone), para alcanzar un resultado y que no son actividades esporádicas, cotidianas ni recurrentes.
Al menos eso es lo que uno lee en los libros, la realidad es que uno o dos de estas características las obviamos y, tratándose de proyectos personales, lo más seguro es que sólo sepamos que nos enfocamos a algo y nada más; podremos saber cuando los iniciamos pero no tenemos una idea clara de cuando lo terminaremos o lo que obtendremos de éste, pero no dejan de ser proyectos al final. Son irrepetibles y están encaminados a un fin único, las características mínimas básicas, pero su difusa ambigüedad es más nuestra desidia por no enfrentarnos a decidir qué es lo que buscamos u obtendremos de ellos.
Desde hace tiempo tengo en este sitio una página que he buscado llenarla con todos esos proyectos que he emprendido, pero que he pospuesto el hacerlo. Tratando de cumplir una resolución de año nuevo, estoy dándole marcha.