Un poco después de la mitad de la carrera, en los últimos tres o cuatro semestres de ésta, empecé a trabajar y cambié mi vieja Sharp. Comencé comprando algunas calculadoras Casio, que como mencioné parecían ser las más innovadoras. Estas no resultaron mucho de mi agrado. Siempre tenían algún detalle (algo molesto o alguna carencia); lo más molesto era la falta de uniformidad: desde la interfaz de usuario y funcionalidad, hasta las cuestiones de programación. Cada una traía, por decirlo así, su propio lenguaje de programación. A pesar de ser sólo calculadoras, cada una implicaba tener que reaprender a usarla y las cambiaba a cada rato.
Un poco después de concluir la licenciatura decidí probar las HP. Aquellas calculadoras cuadradas de display obscuro que conocía por la publicidad ya habían cedido su lugar a una nueva generación de calculadoras delgadas con display LCD. Mi primera calculadora HP fue una HP-32S. La programación RPN fue amor a primera vista… o tecla.
Desempolvé a «Cómo Programar las calculadoras de Bolsillo» de Ramón Farrando Boix (ed. Marcombo, 1982, España, ISBN: 84-267-0441-7) y experimenté con mucho de lo que este libro busca compartir.