Los americanos (entiéndase gringos), son muy dados a hablar de informáticos (informatician, informaticist) e informática (informatics), cuando se refieren a toda aquella automatización en las ciencias médicas y de la salud. Fuera de esto contexto, esta misma automatización y tecnologías es simplemente computer science para ellos.

Conocí el app Health cuando tuve un iPhone 4, y llegué a usarla para registrar peso y tiempo de sueño, meramente como una curiosidad y pasatiempo. Desafortunadamente, tras alguna actualización del sistema operativo, ésta dejó de funcionar. Pasé un cierto tiempo después con Android.

El año pasado regresé al iOS, pero no había vuelto a revisar esta aplicación hasta hace poco que adquirí un Apple Watch. Realmente ha sido un largo trecho en todo este tiempo en el que esta aplicación ha crecido mucho. Es realmente impresionante lo que ella ofrece y las posibilidades que plantea (aunque para variar, la funcionalidad de electrocardiograma y monitoreo disponible a partir de éste, aún no están disponibles en México). Realmente tenía mis dudas sobre la utilidad versus la estética yvalor de un smart watch en comparación con una pieza de haute horlogerie.

Para sacarle verdaderamente provecho a un smart watch se requiere de un dispositivo adicional, como es la dupla iPhone – Apple Watch, que no es particularmente barata. Adicionalmente, existen dispositivos similares que pueden ser expresamente dedicados al seguimiento físico (requieran o no de un dispositivo adicional para descargar o procesar lo que con ellos se colecte).

Para estos tiempos pandémicos estos dispositivos pueden resultar útiles pero debe tenerse presente que no son «de grado médico») y los resultados que estos proveen (aun y cuando sean revisados por un profesional de la salud) no pueden ser considerados como aptos para dar un diagnóstico o iniciar un proceso de diagnóstico. Dispositivos útiles pero sólo como una guía de conducta orientada a la salud pero no para tomar decisiones médicas a partir de ellos.