Ya he escrito lo confuso que puede ser esto de las nubes, dadas las suposiciones que llegamos a hacer y las decisiones que a partir de ellas tomamos. Ya sea de uno o de otro proveedor, lo importante es entender que hay una filosofía detrás de ellas y entenderla nos evita asumir suposiciones erróneas y forzar a que el modelo funcione como imaginamos lo hace. Mi última experiencia de aprendizaje en el tema ha sido lo que relato a continuación.
Me convencí del uso del iCloud drive, dado que las aplicaciones nativas de macOS (las aplicaciones elaboradas por Apple misma) se integran a éste de forma nativa. Basta habilitar el uso de una cuenta en la nube de Apple e indicar qué aplicaciones harán o no uso de ésta.
Ahora, en el entorno de macOS, podríamos pensar que el modelo de Google se limita a los documentos, hojas de cálculo y presentaciones, pues es lo más conocido de las aplicaciones de Google (y así son llamadas «Google Docs«). En macOS la instalación de la aplicación Google Drive crea shortcuts para estas aplicaciones (que en realidad invocan el servicio en el browser por defecto en el sistema operativo, y que desde el cual podemos hacer uso de la suite de aplicaciones de Google). Similarmente, aplicaciones de Microsoft hacen uso de espacio en OneDrive (¿o en Microsoft Azure?).
Pero cualquiera de estos dos últimos servicios de nube de cómputo, en macOS son vistos sólo como volúmenes de espacio de almacenamiento (otro drive, otro disco), como igual ocurre con iCloud en Windows. No hay integración de aplicaciones.
Si bien para estas aplicaciones, donde los datos son resguardados en la nube y son distribuidos en cuando dispositivo tengamos con ellas, es un buen modelo de negocio y almacenamiento de datos no necesariamente podemos copiar la idea tan a la ligera.
Resulta que se me ocurrió clonar un proyecto git
en la carpeta Documentos la cual, cuando se activa la opción iCloud Drive en las preferencias del sistema (Desktop y Documents, los dos o ninguno) se cambian a espacio de ésta, no existen localmente. Esto permite compartir su contenido en cualquier otro dispositivo ligado con el Apple ID. El problema con esto es que el mecanismo de sincronización «vuelve loco» a git
, y comienzan a aparecer archivos que no han sido tocados, como «pendientes de commit«. Si uno trabaja en dos equipos diferentes haciendo uso del mismo Apple ID, se vuelve una pesadilla. Moraleja, no usar volúmenes remotos para contener directorios bajo control de git
.