El coleccionismo, como la forma de recolectar objetos que comparten ciertas características, que pertenecen a un campo o actividad en la que se utilizan, o por la función que puedan tener es lo que regularmente llamamos un pasatiempo (hobby). Algunos llegan a decir que hasta se realiza «profesionalmente», pero eso es un error pues entonces se trata ya de una actividad comercial.

De las muy diversas y amplias variantes del coleccionismo (que incluso hoy podemos llegar a ver en formas digitales) sólo muy pocas y contadas reciben un nombre específico (numismática, filatelia, bibliofilia, por mencionar algunas). La gran mayoría sólo se identifican genéricamente por el objeto que se busca y colecta (coleccionismo de trofeos, coleccionismo de armas, coleccionismo de porta vasos, etcétera). El coleccionismo de relojes entra en esta segunda categoría.

El coleccionismo de relojes no debe ser confundido con el estudio del tiempo, como se define a la horología (aunque quizás sea mejor describirla como el estudio de los mecanismos que miden el paso del tiempo). Quienes se dedican a la horología se les conoce como horologistas u horologos, que no deben ser confundidos con un relojero. El término relojero se emplea para referirse a alguien que se dedica profesionalmente a la creación, mantenimiento o reparación de relojes (aunque la relojería per se no es una profesión, por más certificada o de elevado grado de especialización sea; es vista como un oficio). Un horologista, si bien puede ser hasta cierto punto un relojero, va un poco más allá al incluir dentro de su interés el estudio de los fundamentos de los mecanismos para y la naturaleza de su objeto de estudio: el tiempo.

Sin embargo, pese a todas estas definiciones, lo difundido que puede estar la actividad, el valor de las colecciones y todo lo que se desata a su alrededor, no hay un nombre para referirse a la actividad del coleccionismo de relojes. Y claro, no faltan las propuestas, voluntarias e involuntarias.

Hay quien emplea los términos horologo u horologista para referirse a quien le gustan los relojes, implicando el interés en coleccionarlos pero, dada la definición aceptada (indicada en el párrafo previo) parece poco apropiado para algo tan mundano (aunque ciertamente parecen los más apropiados). Cuando se piensa en ello, realmente resulta difícil encontrar el nombre adecuado y se entiende por qué esta actividad aún no cuenta con un nombre propio. Paradójicamente, esta actividad es mucho más común y mundana que, por ejemplo, la filatelia (que igual y hoy en día con el correo electrónico ha iniciado su ocaso) o el de la numismática. Todos nosotros hemos tenido más de un reloj en nuestra vida y al mismo tiempo. Son accesorios de moda, lujo o utilidad y así, de una u otra forma, tendemos a coleccionarlos (u obsesionarnos con ellos).

Curiosamente, el nombre de una empresa dedicada al comercio de joyería, Watchismo LLC, pareciera ser uno adecuado. Cuando vi este nombre hace mucho tiempo, mi primera impresión precisamente fue sobre el coleccionismo de relojes. Watchista (evocando al término fashionista) podría ser usado así para designar a quien lo practica. Cómo expliqué antes, propuestas que nunca faltan.