*

La verdad no recuerdo cuándo fue que supe del caracter ortográfico conocido como asterisco (*). Mi generación no sabía de ciertos símbolos ortográficos como las actuales. Lo cotidiano para el lenguaje común eran las letras, números, comas, punto y coma, punto, dos puntos, símbolo de pesos, el de centavos, porcentaje, paréntesis, y comillas. Nada más. Otros como el +, -, x, ÷, =, o los musicales eran eso: símbolos de una ciencia o un arte y sólo usados en dichos contextos (haciendo o practicando tal ciencia o arte).

Quizás, en algún libro de texto nos llegáramos a topar con llaves o corchetes ( [, {, }, ]), un caret o circunflejo (^), o algún otro símbolo o caracter que parecía llevarnos a un entorno esotérico, pero hasta ahí. Hablar de la arroba (@), los asteriscos, el ampersand (&) o la diagonal invertida (\)era algo como del inglés, de otro idioma; sólo se hicieron parte de mi cotidianidad hasta la universidad, al empezar mis estudios de informática.

Hace dos días (a cuando redacto esto), Ana Gabriela Guevara se volvió la comidilla de las redes sociales y la prensa por referirse a que citaría algo como «abro asteriscos» en lugar de decir «abro comillas.» Y no se la «ha acabado» hasta este día. Pero, ¿por qué esto?

No fue hasta que el correo electrónico y los SMS se hicieron parte de nuestras vidas (popularizando a los emoticones y el arte ASCII) que las construcciones de «figuras» y símbolos con caracteres ortográficos empezaron a integrarse a nuestra cotidianidad. La picardía de nuestras culturas y el ingenio de sus integrantes no tardaron en resaltar su utilidad para hacer referencia a temas incómodos u objetos tabú, como los senos

                               ( • )( • )

en representar frases como «kiss my ass» como

                                 (_x_)

de donde variantes y otras bromas empezaron a surgir haciendo alusión al tamaño de los traseros (posiblemente femeninos puesto que los hombres somos más propensos a fijarnos en esta parte de la anatomía femenina y son las mujeres más propensas a resaltarlo con ropa corta o ajustada).

(‿ˠ‿)

                                 (_!_)

                                (__!__)

Sin embargo, y quizás por la similitud física, no fue hasta que se usó un asterisco en éstos, que el pictograma se asoció a este caracter, y pasó a usarse de eufemismo para el ano. Por ejemplo,

                                 (‿*‿)
                                 ( * )

Personalmente tomé consciencia de esta asociación (de ser un chiste digital al discurso cotidiano) cuando por TV veía un programa nocturno en el que su conductor, Adal Ramones, decía al público anticipando algo perturbador: «se les va a fruncir el asterisco». Algunas conexiones neuronales se cierran y se entiende el chiste.

Así, la comidilla, el retruécano y la ignominia. Todo junto en las redes sociales y medios masivos de comunicación, donde los «moneros» han sabido extender el desliz de Ana hasta el mismo AMLO con las claras implicaciones vulgares.

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Referencias

  1. «One-Line«, asciiart.eu, web. Visited: 2021.12.09. URL: https://www.asciiart.eu/ascii-one-line.
  2. «Buttocks«, asciiart.eu, web. Visited: 2021.12.09. URL: https://www.asciiart.eu/people/body-parts/buttocks.

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