La verdad me gusta mucho la mac que tengo. Pese a que sólo cuenta con dos puertos USB, siempre he considerado que cuenta con lo suficiente para conectarse y consumir cualquier entrada de datos (aunque la última vez que usé el DVD habrá sido hace unos dos años y quizás haya ya pasado lo doble desde que «quemé» uno de ellos.

Hago uso de los puertos USB diaria e intensamente, el jack de audio, la salida Thunderbolt y el RJ-45, Wi-Fi y Bluetooth. Menos frecuentemente el puerto Firewire 800, lector SD y, ya muy raramente, el SuperDrive. Pensar que perderé todos éstos (bueno, al SuperDrive no creo ya extrañarlo) al pasarme a una nueva mac no me agrada del todo (aunque ciertamente, es cada vez menos el uso de aquellos que no son USB). La resistencia al cambio debe ser parte de ello, pero también el hecho de que las nuevas macs sólo incluyan dos puertos USB (y creo que uno de ellos se destina a la alimentación eléctrica).
Haciendo uso de la aplicación Apple Store en el iPhone, me puse a revisar los dos modelos que estarían dentro de mi presupuesto y gusto (porque un equipo de 16″ me parece ya algo estorboso realmente). Aparte del tamaño de la pantalla, procesador (Intel versus Apple) y dimensiones los equipos parecen muy similares. Las MacBook Air tienen modelos de 7 y 8 núcleos en su GPU (realmente, ¿qué tanta diferencia hará un núcleo de la GPU? Y, ¿por qué esta diferencia?).
Comparando una Air contra una Pro, ambas con el máximo de RAM y disco de 1TB, tenemos a favor de la Pro: 2 hrs de batería, Touch Bar, 100 nits más de brillo en la pantalla, «alto rango dinámico» en las bocinas (whatever it means), «calidad de estudio y alta relación señal/ruido» en los tres micrófonos incorporados, 13 teclas menos, Touch Bar, más peso (0.11 Kg), 0.05 cm grosor menos (en comparación con la parte más gruesa de la Air) y más precio.