Como ya he mencionado en alguna ocasión, hay ciertos momentos en los que ciertas cosas, situaciones, eventos, conocimiento o personas convergen en la vida de uno, ya sea para bien o para mal. Recientemente (y no pensaba que fuera a hacer una serie de estas entradas, pero he aquí la segunda y quizás haya una tercera), escribía sobre el arrepentimiento que a algunos les genera por decisiones o situaciones por o en las que debieron optar por un camino profesional o académico en su vida. Cualquiera que haya sido esa decisión, el lamento daba cuenta de oportunidades o tiempo perdido, la falta de preparación para poder aspirar a una mejor situación económica o la falta de oportunidades para poder ejercer aquello por lo que precisamente optaron y decidieron guiar su vida. Grosso modo mi opinión y mensaje es que uno debe pelear por aquello que se quiere. La preparación académica es sólo una forma de poder hacerse de los elementos para esa lucha pero ni siquiera ésta (la lucha), llegará sola. En la mayoría de las veces uno deberá buscarla. Por supuesto que lo mejor es crear uno su propia batalla, en lugar de pelear batallas de otros, pero eso es un tema para otra entrada.
En ese mood andaba, a raíz de la reciente publicación de la entrada previa de esta serie de pensamientos, cuando me topé con el tuit arriba incluido, que cita un artículo del Excelsior. El susodicho artículo inicia recalcando el que a las «nuevas generaciones aún se les inculca la idea» de que la preparación universitaria es sinónimo de éxito económico y a esa consideración de «tiempo invertido en los estudios» dedicados en la preparación de una carrera universitaria se le debe sumar el requerido por la preparatoria y secundaria. El artículo continua mencionando lo magro de los salarios profesionales en México y lo mal pagada que resultó la profesión de quien narra la historia. El artículo culmina con cuestionamientos negativos y arrepentimientos.
Primero me gustaría indicar que la educación básica y media superior no debe verse como un lujo ni pérdida de tiempo. Desafortunadamente así es y artículos y comentarios como el que da inicio a esta entrada en el blog no ayudan. A menos que nos encontremos en una comunidad rural social y económicamente marginada, donde las actividades diarias deben ser enfocadas para la supervivencia familiar y personal, la preparación escolar elemental y secundaria son ya algo de lo que ningún ser humano debería prescindir. Vivimos en un mundo tecnificado y sociedades que así son moldeadas en las que el conocimiento que se recibe en estas etapas escolares debe ser consideradas como el mínimo necesario para poder desenvolverse adecuadamente (es decir, disfrutarlo y aprovechar las oportunidades que surgen aquí) con dicha tecnología y en dichas sociedades. Personalmente, es vergonzoso que ese conocimiento básico que la humanidad ha acumulado hasta este momento no pueda ser transmitido o se le sea negado a la gente. Ya no son tiempos para permanecer ignorantes sobre los fundamentos de la tecnología y el entendimiento de nuestro entorno. Menos aún el buscar explicarlo con mitos, creencias religiosas o creencias populares. Para el caso del artículo comentado, este conocimiento es el que a esta persona le ha permitido moverse a otro país y trabajar como niñera, así que fue tiempo bien invertido.
Segundo. No es correcto comparar los resultados de una economía sólida y bien desarrollada de un país como USA contra la mexicana. En al caso de México traemos arrastrando problemas sociales, herencias culturales y círculos viciosos que debemos superar, y muchos de ellos por nosotros mismos (sin contar con la posibilidad de ayuda y guía que en países desarrollados podemos encontrar en número y calidad.
Tercero, es una falta de visión personal el desechar la formación universitaria aduciendo falta de oportunidades y malos salarios. Indudablemente la persona del artículo domina el inglés y ello le abre muchas puertas (el que ella haya optado que fuesen puertas físicas para cuidar niños, es una muestra de ello). Miedo y conformismo, diría yo que es. Miedo por luchar por mejores posiciones y aplicar en otras oportunidades, miedo a explorar otros caminos que desde el que eligió deben verse. Conformismo por ver un subempleo en una economía más grande desde el punto de vista de la mexicana y aceptarla por verla mejor y «con menos problemas o retos».
Entonces, para concluir esta entrada. El pensamiento es ¿tu salario no te alcanza? Busca y lucha por un empleo mejor remunerado. ¿Crees que las nuevas generaciones te están robando o compitiendo por oportunidades? Mejórate, prepárate para aspirar por aquello que ellos aun no pueden ver. ¿No encuentras mejoras oportunidades? Créalas.
Mi opinión.