Escribía en estos días sobre las perspectivas de incursión de la inteligencia artificial en los procedimientos jurídicos1 y de los temores al respecto de este tema, así como de la IA en general2-4. Pareciera que el miedo principal es sobre la dependencia que podríamos generar sobre algo no humano para decidir la suerte en la vida de las personas, pero igualmente el temor es sobre el éxito que esto pudiera tener dejándonos como criaturas que no somos capaces de impartirnos justicia.
En muchas partes del mundo, pero más notoriamente en otras (como es el caso de México, donde la eficiencia de nuestro sistema legal no pinta ser mejor que el de cualquier otra «nación bananera»), tenemos un aparato jurídico que está no sólo sobrecargado sino podrido hasta sus raíces, sin la aparente posibilidad de que ello mejore y sí que empeore.
En países donde el índice delictivo y el número de procesos legales es bajo o que cuentan con un sistema legal expedito, la idea de incorporar máquinas para que impartan algo que es parte de la esencia de las aspiraciones humanas, suena blasfemo. Pero, en países como México, donde la aplicación de la ley y la impartición de justicia van de la mano con la corrupción, la idea de poder incorporar un actor imparcial e incorruptible parece mucho más atractiva.
En algún otro post ya escribía de la necesidad de adaptarse a la velocidad con la que esperamos la tecnología nos permita detectar infractores, así como de la necesidad de permitir que esto ocurra (post, post, post, post). Tenemos serios problemas o carencias culturales que nos impedirán mejorar lo que endémicamente está corrompido en nuestra sociedad. Pero, mientras que un sector de nuestra sociedad espera un milagro o «segunda venida» de una entidad divina que erradique el mal (o de la aparición de algún super héroe), lo cierto es que es mucho más factible recomponer nuestro sistema legal retirando a toda participación humana (mexicana para ser precisos) de ésta.
Mientras que el procesamiento de lenguaje natural y la visión artificial son temas de sumo interés actual en la ciencia aplicada y la previsiones que se tienen para el desarrollo comercial y aplicaciones inmediatas, en el recuento que al respecto se hace sobre este campo5, no figuran específicamente aplicaciones legales. Esto por supuesto no es sorpresa dado que hablamos de un campo que requiere el entendimiento de cuestiones abstractas del más alto nivel. Es mucho más factible que primero lleguemos a ver aplicaciones de IA y robótica completamente autónomas en áreas médicas vitales que en juicios donde se plantean severas condenas de cárcel o la pena capital.
Referencias
- Thomas McMullan, «A.I. Judges: The Future of Justice Hangs in the Balance,» Medium, web. Published: 2019.02.14;visited: 2020.10.24. URL: https://onezero.medium.com/a-i-judges-the-future-of-justice-hangs-in-the-balance-6dea1540daaa.
- Rory Cellan-Jones, «Stephen Hawking warns artificial intelligence could end mankind,» BBC News, web. Published 2014.12.02; visited: 2020.10.26. URL: https://www.bbc.com/news/technology-30290540.
- «Open Letter on Artificial Intelligence,» Wikipedia, web. Visited: 2020.10.24. URL: https://en.wikipedia.org/wiki/Open_Letter_on_Artificial_Intelligence.
- Sparkes, Matthew, «Top scientists call for caution over artificial intelligence,» The Telegraph (UK), web. Published: 2015.01.13; visited: 2020.10.24. URL: https://www.telegraph.co.uk/technology/news/11342200/Top-scientists-call-for-caution-over-artificial-intelligence.html.
- Nathan Benaich and Ian Hogarth, «State of AI Report 2020,» stateof.ai, web. Published: 2020.10.07; visited: 2020.10.24. URL: https://www.stateof.ai/.