El riesgo ha sido y siempre será parte de nuestras vidas, aunque curiosamente parece que el nivel de riesgo de vivir ha aumentado, al menos para quienes vivimos en la CDMX. El riesgo por cuestiones de seguridad pública parece haber aumentado, dado el conocimiento de hechos delictivos y siniestros causados por la insensatez o corrupción con que nos enteramos día tras día. Claro que algunos dirán que esto es meramente una percepción producto de nuestro actual digitalizado nivel de vida. Hoy nos enteramos de cosas mucho más rápido de con mayor volumen y frecuencia que hace diez años.
A esto ahora debemos sumarle la frecuencia con que se han presentado eventos sismológicos los últimos 8 años. También puede ser una percepción pero personalmente, hasta antes de la década de 2010, un temblor era algo que ocurría una vez al año y pasaba sin mayores consecuencias. Hoy pareciera que ocurren una vez al mes o bimestre y nos dejan muchas secuelas. Para las que, pese a todo, no estamos preparados.