Hace tiempo leía algo interesante1, aunque no creo tampoco haya sido novedoso. Seguramente alguien ya tuvo una idea similar, sobre eliminar las calificaciones. Sin embargo, las calificaciones no pueden ser eliminadas. Se requiere de alguna medición que tanto para la escuela, el profesor, el estudiante y la sociedad les permita evaluar el aprovechamiento y grado de habilidad adquirido por el estudiante sobre un tema en particular.
Hace poco tiempo también escuchaba a una persona comentar que por instrucciones de la SEP, las escuelas primarias y secundarias no tienen permitido reprobar estudiantes para forzarlos a repetir el año. Lo cual tampoco es nuevo (ni la queja ni la noticia). Esta persona indicaba también algo sorprendida el que tampoco las escuelas fueran autorizadas emitir calificaciones por debajo de cinco.
En el nivel medio superior y superior las cosas cambian. Ahí el reprobar una materia implica tener que recusarla o aprobarla en algún examen extraordinario. Y hacerlo hasta que se logre, el estudiante se dé por vencido, o la escuela lo dé de baja.
A nivel posgrado las cosas cambian un poco. Las calificaciones aprobatorias son de 8 a 10. Las calificaciones reprobatorias van de 5 a 7. Reprobar dos materias implica baja del programa académico y quizás de la escuela misma.
Las calificaciones son necesarias para servir de filtro. Para separar las manzanas podridas de las buenas. Y, quiéranlo o no, les guste o no, todos somos diferentes, tenemos diferentes habilidades y distintas aspiraciones. El que a todos se nos den los mismos privilegios, derechos y oportunidades no significa que todos adoptemos las mismas responsabilidades ni que debamos soportar o cuidar a quien rechace todo esto.
Anterior | Siguiente |
Referencias
- Marcelino Perello, «Papel Mojado«, Excelsior, web. Publicado: 2015.07.29; revisado: 2018.01.20. URL: http://www.excelsior.com.mx/opinion/marcelino-perello/2015/07/29/1037232