Algo de terapia ocupacional. Había querido hacer esto desde el pasado 19 de septiembre pero ése y los dos siguientes días me fue imposible conectar mi computadora. Después tuve problemas de acceso a la Internet por un par de días más. Cuando finalmente tuve acceso… me resultaba difícil concentrarme y continuar.
El día del sismo, me tocó el macro simulacro a unas cuadras del edificio, regresaba del CIC. Vi como algunas escuelas cercanas atendían el evento, algunas empresas también, pocas realmente. Los alumnos echando relajo. Personal y una que otra persona de casa-habitación bajando con desgano y sin preocupación a la calle. Una media hora después salía del departamento y me ausenté por espacio de hora y media, u hora y cuarenta minutos. Regresaba y apenas me acababa de sentar frente al escritorio para usar la computadora cuando un chasquido, un ruidito, en unas cajas de cartón con papeles y libros que tenía al lado (y que siempre me han servido de sismógrafo y alarma sísmica) llamó mi atención. A veces producido por una camión pesado que pasaba sobre la avenida o, como ese día, por algún sismo. De inmediato los sentidos se agudizan. Uno se queda quieto, esperando más información (más ruiditos o un movimiento). De inmediato me percate del movimiento. Tomé mis llaves mientras me levantaba y maldecía a la «alerta sísmica» por no servir cuando uno más lo necesitaba.
Primer jalón fuerte. Me encontraba saliendo de mi cuarto. Me preocupé porque entendía que no era un sismo leve. Podía escuchar ya como el edificio «se estiraba» (las capas de yeso y pintura de las paredes crujiendo). Todo se movía. La alerta sísmica empezaba a sonar.
Segundo jalón fuerte. Ya había alcanzado la puerta. Definitivamente era un terremoto y me decía «¡ah jijos!…¡está fuerte!». Ya se oían las puertas golpeándose, vidrios rompiéndose, cosas arrastrándose, platos cayendo. Mientras bajaba la escalera del primer piso los movimientos se hacían más frecuentes.
Al pié de la escalera me encontré a nuestro conserje corriendo a la entrada también. Todo se movía. Yo sólo esperaba poder salir. Daba por hecho que el edificio se vendría abajo. Había ruidos por todos lados. El conserje trató de abrir los portones del estacionamiento y desistí en abrir la puerta pensando sería más rápido eso, pero él no podía atinar a jalar el seguro que liberaba los rieles del motor de apertura de puertas. Me pidió que abriera a puerta, yo simplemente no podía atinar a la cerradura. Tuve que recargarme sobre la pared y hacer fuerza para poder introducir la llave en la cerradura.
Al abrir la puerta, a diferencia de sismos anteriores, veía cosas caer frente a ésta. Macetas, tierra y pedazos de mampostería. Mis peores temores se materializaban. Decidí moverme a la izquierda. La toma de agua contra incendios se movía como trampolín, de arriba para abajo.
Me sentí aliviado cuando pasé el área de los balcones. Ya no me importaba si se caía el edificio. Voltee a ver el edificio de la Escuela Comercial «Cámara de Comercio» (ECCC), que está detrás de donde yo vivo11. Alcancé a ver que todos sus vidrios y porciones de pintura caían y, según yo, tuve la impresión de que el edificio completo se vino abajo pues se levantaba polvo también (después comprobé que no fue así, pero todo lo que en ese momento cayó me dio esa impresión).
La rampa de mi edificio se movía en una dirección y el edificio en otra. Parecía un efecto de mar embravecido. Las grietas empezaban a aparecer o se agrandaban pedazos de pintura o tabique caían. En la calle la gente empezaba a irse a la mitad de ésta. El tránsito ya estaba detenido. Todo se movía. Parecía uno de esos días en lo que hay mucho aire y las ramas y hojas de los árboles se mueven con fuerza. A lo lejos vi polvo y pensé que los edificios empezaban a caer. ¿Sería el fin del mundo? Una vecina del tercer piso salía y le alertábamos de las macetas a una fracción de segundo de ser golpeada por una.
Las cosas empezaban a calmarse. El movimiento cesaba. El polvo se aplacaba. La gente empezaba a moverse. No parecía haber derrumbes sobre la avenida Yucatán. Las macetas, cascajo de la fachada y el cemento de la rampa daban un aspecto de devastación.
La fachada se veía con grietas pero parecía que el edificio se había salvado. Las sirenas empezaban a escucharse y la gente empezaba a moverse. Necesitaba mi celular y, algo renuente, me animé a ir por él. En el camino hasta el departamento veía polvo del yeso de las paredes y pedazos de pintura. El cubo de las escaleras tenía grietas. Se veía ya el cemento o ladrillo en éstas.
Las puertas del departamento estaba descuadrada. Había yeso en el piso. La esquina de una pared estaba separada y se veían las varillas.
Una bocina se había caído y estaba dos o tres metros de donde era su lugar. La repisa donde estaba el bluray cedió y éste cayo y colgaba de sus cables. Una enorme grieta estaba en el cuarto de los niños.
Otra más junto a su puerta y la puerta estaba descuadrada también.
De su closet podía percibirse que se filtraba la luz del exterior.
Grietas por todas las uniones de techos y paredes. Varias grietas en los mosaicos del baño.
y en la regadera
Hoyos en varias esquinas donde unían dos paredes y el techo.
El balcón del departamento tenía una grieta que lo separaba un poco de la pared. Inquietud y temor me hicieron salir.
Decidí ir a ver de donde había salido el polvo que vi. En la calle de Querétaro, la gente de la ECCC y edificios aledaños11 se alejaba y gritaba. Un fuerte olor a gas, y el sonido de éste escapándose, ya inundaba toda la calle (en el video de este tweet puede verse como el edificio de la ECCC y su vecino chocan).
Llegué a la Av. Insurgentes. Lo que antes era una rampa de acceso a una farmacia había desaparecido, lo que se observaba eran sólo pedazos de cemento. El «Edificio Canadá»12,13 (que todo mundo espera o piensa caerá en el próximo temblor), seguía de pié. La gente ya auxiliaba a otras personas sobre la banqueta o en la calle, por crisis nerviosas o golpes. Todo era ya un caos. El polvo que vi no parecía de algún edificio sobre la avenida Yucatán y sobre ésta no había derrumbes (después supe que provenía de la col. Condesa1).
Los siguientes treinta o cuarenta minutos los pasé en la calle, frente al edificio donde vivo, auxiliando a algunos vecinos.
Ruido y alboroto me animaron a ver qué pasaba en la calle de San Luis Potosí. Vi que había un derrumbe a lo lejos y pensé que de ahí había salido el polvo que vi, que ese edificio cayó en los primeros dos jalones que sentí. Días más tarde supe que no, se trató de un edificio que cayó mucho después (ver reloj en el video)2.
Sólo regresé dos veces más al departamento. La primera vez por un power bank para el celular. Aunque la comunicación por celular o Internet era irregular o imposible, el servicio SMS funcionaba y pudimos auxiliar a varios vecinos o personas que pasaban mediante algunos mensajes. No había luz y el sol comenzaba a bajar. Pronto llegaría la noche y la obscuridad. Así, la segunda vez que regresé, sólo fue para sacar algunos documentos y ropa. La mejor amiga de mi hija en secundaria nos daba alojamiento.
Videos tomados (supongo que desde la torre de Bancomer o alguno aledaño)3 en el momento muestran una línea de desastre muy definida.
como siguiendo la ruta de una falla geológica. Días después en la radio escucharía que la zona marca la zona de transición del antiguo Lago de Texcoco (la «playa») con la zona más firme del Valle de México.
Sobre esa línea se dieron la mayoría de los derrumbes4, 5. Este es el mapa colaborativo de Waze
y este el generado por las dependencias oficiales.
El día siguiente al sismo regresamos al departamento por los objetos y documentos más importantes.
Tramos de regresar el jueves también pero nos resultó imposible. Evitando una vuelta que dimos el día previo hasta la col. Doctores, decidimos llegar por Insurgentes (nuestra ruta habitual era tomando la lateral de Viaducto para bajar por Av. Monterrey, pero en ese tramo de viaducto dos edificios cayeron). El tramo frente a la estación Chilpancingo del Metrobús estaba acordonada, lo que nos llevó a tomar Baja California y aventurarnos a la col. Condesa. Cierres y bloqueos por doquier. Ejército y rescatistas desviando el tránsito, que ya estaba desquiciado. Cada giro nos llevaba a otro bloqueo. Nos costó trabajo salir de ahí y llegar a la Glorieta de Insurgentes, de donde decidimos tomar Cuauhtémoc, pensando que podríamos tomar Coahuila. Más transito. Vimos varias grúas llevar autos aplastados. Al final, no pudimos acercarnos a la Av. Yucatán siquiera. Desanimados y alterados decidimos dejarlo para otro día.
El fin de esa semana y el de la siguiente fuimos al departamento a recoger algunas cosas y limpiar un poco. Lo que antes era una colonia bulliciosa hoy se ve triste y callada. Los edificios más altos atrás del nuestro (incluyendo al ECCC) están desocupados (el ECCC de echo está apuntalado en todos y cada uno de sus pisos… y como que tiene miras a que será rehabilitado tras una manita de gato). Aún se ve gente que hace «turismo post sísmico», viendo daños en los edificios y tomando fotos. Cada ida al departamento es una despedida que duele.
Después de esto muchas preguntas y reflexiones salen. ¿Cuál es la probabilidad de que un segundo sismo devastador suceda en una misma fecha? Aunque no es tan baja (5%), no deja de parecer una mala broma del destino lo ocurrido6.
En los días subsecuentes, saldrían a la luz muchas historias de solidaridad7, conmovedoras8, de organización9 y de heroísmo. Pero también de corrupción, negligencia y de que no hemos aprendido mucho desde hace 32 años. Llama la atención el que prácticas pre 19s-85 aún sigan y el que los malos hábitos persistan. El sismo sacó a la luz inmobiliarias (que incluso presumen de contar con tecnología antisísmica) que se les cayeron edificios y que operan con muchas irregularidades (DRO con permisos vencidos, permisos de uso de suelo o construcción irregulares o apócrifos, uso de materiales de baja calidad, aprobaciones que no debieron darse, modificaciones inapropiada o no autorizadas a obras… como el caso del edificio en Av. Nuevo Leoón, en La Roma, donde se construyó un helipuerto y que comités vecinales denunciaron pero la Delegación no hizo mucho por clausurarlo pero ahora resultó con daño estructural y será demolido… o eso dicen, una práctica cotidiana es el apostar al tiempo y dejar que las cosas se olviden). Cada delegación está destapando una cloaca (como el caso del colegio Rébsamen, donde lo último que leí fue que éste operaba o fue intervenido en Coapa con un permiso de Iztapalapa).
Los encabezados más recientes señalan que las inmobiliarias no dan la cara. Ni la darán, hasta que todo esto se enfríe un poco. Están apostando al olvido. Si algo he aprendido en los últimos años es que el tiempo está a favor de cualquiera que sea buscado por el sistema mexicano de justicia. Se requiere mucho empecinamiento, terquedad, persistencia o principios fuertes para persistir por mucho tiempo buscando algo. En un inicio es la reparación de los daños y el castigo del responsable y poco a poco, conforme el tiempo pasa, todo eso se diluye hasta que al final sólo «algo de justicia» es lo que los más tenaces persiguen.
Termino con algo que tal vez a muchos moleste por parecer algo de humor inapropiado, pero lo que se dice al final es muy cierto. Ya lo hicimos una vez. Lo haremos de nuevo.
Referencias
- «Momento exacto del derrumbe en Laredo y Ámsterdam (Video)«, Letra Roja, web. URL: http://www.letraroja.com/articulo/momento-exacto-del-derrumbe-en-laredo-y-amsterdam-video
- «En segundos caen edificios de Roma Norte (Video)«, Letra Roja, web. URL: http://www.letraroja.com/articulo/en-segundos-caen-edificios-de-roma-norte-y-de-condesa-video
- «Así se vio la CDMX desde las alturas segundos después del sismo de este medio día.«, tweet. Publicado. URL: https://twitter.com/Excelsior/status/910212702198415361.
- «Edificios Colapsados Sismo 2017 19 Sep«, tweet. Publicado: 2017.09.19. URL: https://twitter.com/Hipertextual/status/910250917911461888.
- «Mapeo Colaborativo 19s«, Google Maps, web. Consultado: 2017.10.02. URL: https://www.google.com/maps/d/u/0/viewer?mid=1_-V97lbdgLFHpx-CtqhLWlJAnYY&hl=es_419&ll=19.377915428527114%2C-99.12855978417969&z=11
- «¿Qué tan probable era que volviera a temblar el 19-S?«, Milenio, web. Publicado: 2017.09.25; consultado: 2017.10.02. URL: http://www.milenio.com/tendencias/coincidencia-temblor_19_septiembre-1985-2017-mexico-cdmx-explicacion-milenio-noticias_0_1036696411.html
- «Voluntaria en la Zona Cero de Escocia«, MexicoSOS, web. Publicado: 2017.09.24; Consultado: 2017.09.25. URL: http://mexicosos.org/noticias/19s-2017/1158-voluntaria-en-la-zona-cero-de-escocia
- «Conmueve a México foto de soldado en llanto tras rescate«, Grupo Fórmula, web. Pulicado: 2017.09.24; consultado: 2017.09.26. URL: http://www.radioformula.com.mx/notas.asp?Idn=714937&idFC=2017 (original: https://www.facebook.com/marcogilvela/posts/1894947993855561)
- Octavio Islas, «#19S y la Sociedad Civil 2.0«, El Universal, web. Publicado: 2017.09.22; consultado: 2017.10.02. URL: http://www.eluniversal.com.mx/columna/octavio-islas/techbit/19s-y-la-sociedad-civil-20
- Diana Delgado, «Operar mientras la tierra tiembla«, MásporMás, web. Publicado: 2017.10.03; consultado: 2017.10.10. URL: https://www.maspormas.com/especiales/operar-la-tierra-tiembla/.
- @RomaNorte3, «Así fue el edificio de junto de ECCC«, tweet, URL: https://twitter.com/RomaNorte3/status/919745419139100672.
- Juan Rivas, «Con 60 años, edificio “Canadá» sobrevive a otro sismo«, UnoTV, web. Publicado: 2017.09.29; consultado: 2017.10.18. URL: http://www.unotv.com/noticias/portal/investigaciones-especiales/detalle/con-60-anios-edificio-canad-sobrevive-a-otro-sismo-122390/.
- Miguel Ángel Bravo, «Emblemático edificio ‘Canadá’ en Insurgentes 300 a punto del colapso«, Publimetro, web. Publicado: 2017.09.20; consultado: 2017.10.18. URL: https://www.publimetro.com.mx/mx/noticias/2017/09/20/cuidado-en-riesgo-30-estructuras-podrian-colapsar-en-la-cdmx.html.