En retrospectiva

An inks spot "à la Pollock"

He estado leyendo varias cosas sobre leyes y principios que fueron conocidas y establecidos desde ya hace mucho tiempo. Es conocimiento que, supongo, debería ser difundido y buscado ser aplicado de la misma forma que la aritmética.Si bien no son verdades auto evidentes, creo que por lo menos pueden ser guías para las decisiones rápidas. Decisiones que no buscan ser perfectas pero sí por lo menos menos malas o menos dañinas en caso de estar equivocadas.

Ink spot

Pero no es así. De algunas de ellas supe hasta que estuve en la escuela profesional, mencionadas pero no buscadas ser aplicadas y, así, perdidas en la memoria. De algunas otras supe cuando ya era un profesionista… o al leer algún libro (de esos libros que uno debe buscar si quiere aprender más). En fin, uno poco a poco se va enterando, incidentalmente, de estas leyes que aparecen por doquier, de principios que gobiernan nuestra existencia.

Another ink spot

Muchas veces, mientras aprendo y conozco de estos principios, vienen a mi mente algunos recuerdos. Principalmente de vivencias, pocas de ellas desagradables. Situaciones en las que recuerdo que alguien menciona alguno de estos principios— «Recuerda, es Pareto, 80-20» —pero, que no deja de ser la mención de un principio mencionado por alguien que finge saber algo pero que ni busca aplicarlo ni da indicaciones de cómo hacerlo.

Another spot

Recuerdo en particular a un jefe que tuve, quien criticaba que yo buscara conocer o saber las causas de algo a costa de dedicar más tiempo en ello. No insistía en el asunto porque sabía que lograba encontrar las respuestas o resolver los problemas y a futuro esto nos representaba una ventaja y oportunidades de mejora. Esta persona insistía en que él, como supuesto «buen jefe» que era (aunque en realidad era buena persona, como jefe o administrador era un desastre), no debía saberlo todo sino saber cómo usar a quien lo sabía. Cierto, no le niego que el buen líder, el buen administrador, sabe echar mano de sus buenos recursos, pero él no sabía hacer esto. Partía del supuesto que un conocimiento parcial o superficial le daban elementos para administrar a quienes lo tenían, que a veces era manejado por quienes sabían lo que debía hacerse, mientras el quedaba auto engañado pensando él era quién «movía los hilos» (y lo digo con certeza, yo también lo hice).

No muchas personas tienen ese don, el de ser buenos líderes o administradores. Quienes no lo tienen, pero que por fortuna escalan a puestos con gente a su cargo, creo que deben por lo menos saber algo de o qué se supone deben supervisar. Siempre he dicho que «no puede administrarse lo que se desconoce.» ¿Cuántos de ellos no son víctimas del «Principio de Peter»?

One more

Cuánta pérdida de tiempo uno podría ahorrarse si estos principios se nos enseñaran a usarse desde pequeños. Pero no, en su lugar se inventa el «hilo negro» desde cero. Se aplican «sentires»,  creencias, malas y equivocadas reglas empíricas que son malinterpretadas y peor aplicadas.

Varias veces he leído de casos como el de Benoît Mandelbrot, cuyo tío con cierto desdén le daba a conocer (o le recordaba) la Ley de Zipf. De gente que ignora la Navaja de Occam y busca las más elaboradas explicaciones para todo. De gente que descubre por sí misma el Principio de Peter. De situaciones que llaman con desesperación a que la Ley de Murphy haga su aparición. De cómo gente y organizaciones se topan con la Regla de Pareto y se asombran, no tanto por no haberlo pensado antes sino por saberlo y encontrar que en su caso también aplica.

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