Como ya he escrito en esta serie y en otras ocasiones, tengo varias entradas sobre el «hacerse de espacio» en el disco de la Mac1-4. Algunas las he colocado en alguna serie en particular5, pero muchas de ellas aplican en varias versiones del sistema operativo y conviene mantener una cadena independiente. Razón por la que esta entrada da continuidad a una serie dedicada a este tema.
¿Alguna vez se han preguntado adónde van a dar los archivos de las actualizaciones? ¿Por ejemplo, cuándo un aviso de actualización hace aparecer una pequeña ventana en la que nos indica que la actualización está siendo descargada, descomprimida y aplicada?
Recientemente, mientras revisaba un script de instalación elaborado para el shell Bourne que terminaba con error noté el uso de un comando (o utilería) desconocido para mi: mktemp. La obligada investigación al respecto se hizo patente.
Primero, mktemp está presente en sistemas operativos tipo Unix (incluyendo Linux y derivados de BSD) que permite crear archivos o directorios temporales de forma segura ante diferentes situaciones o condiciones que pueden surgir al crear archivos temporales con esquemas de nombres predecibles. No sólo es algo para crear directorios, sino para hacerlo de forma que se eviten conflictos comunes y así ahorrar varias líneas de código al tener que hacer las validaciones y condiciones de seguridad apropiadas. Sin embargo, presenta una vulnerabilidad de «condición de carrera» al no llevar a cabo la creación del archivo y dejar una ventana de tiempo en la que esta se puede presentar.
Por su parte, existe mkstemp que no sólo genera el nombre de archivo único, sino que también crea el archivo y lo abre para lectura y escritura, devolviendo un descriptor de archivo. Esta operación atómica elimina la condición de carrera presente en mktemp.
Observaba que, en este caso el uso de mktemp, hacía uso de la ruta /var/folders y, dentro de este, existen tres directorios (al menos en mi caso)
$ ls
f1 kd zz
y el uso de du
$ du -k .
...
9706976 .
Reporta 9706976 bloques de 1024 bytes (1 KiB), que, convertidos a un múltiplo mayor, son alrededor de 9 GiB, que es una cantidad considerable. Algo que definitivamente vale la pena revisar para saber si es un espacio que está regularmente siendo depurado y que debo dejar para otra entrega mientras investigo. Mientras lo hago, recomiendo revisar mis cláusulas de responsabilidad (ver apartado «Uso y reproducción«).
Referencias
- Eduardo René Rodríguez Ávila, «Borrando Espacio Libre (1)«, blog. Publicado: 2016.04.03. URL: https://eravila.wordpress.com/2016/04/03/liberando-espacio-libre-1/.
- ______________________, «Borrando Espacio Libre (2)«, blog. Publicado: 2016.04.04. URL: https://eravila.wordpress.com/2016/04/06/borrando-espacio-libre-2/.
- ______________________, «Borrando Espacio Libre (3)«, blog. Publicado: 2016.04.08. URL: https://eravila.wordpress.com/2016/04/08/borrando-espacio-libre-3/.
- ______________________, «Desinstalando Aplicaciones de Mac (1-4)«, blog. Publicados: 2018.05.09 al 2019.06.14. URL: https://eravila.wordpress.com/2018/05/09/desinstalando-aplicaciones-de-mac-1/ – https://eravila.wordpress.com/2019/06/14/desinstalando-aplicaciones-de-mac-4/.
- ______________________, «Aventuras en «Sequoia» (23)«, blog. Publicados: 2025.08.05. URL: https://dredu.mx/2025/08/05/aventuras-en-sequoia-23/.

