Ayer por la noche, experimentamos un ligero sismo que no disparó la alerta sísmica pues el epicentro estuvo aquí mismo en la CDMX. Dos días antes la alerta sísmica se disparó por error. Así, la tuitósfera se llenó de recriminaciones y chistes al respecto.

Al percibir el movimiento nuestro gato corrió aterrado y costó trabajo tomarlo para salir con él. Afortunadamente no pasó de ese primer jalón y ya afuera sólo era «nervio-sismo». Todavía hoy por la mañana el gato andaba nervioso.

Adicionalmente, en días previos a estos dos eventos, hubo otro sismo de 2 grados con epicentro en la zona de la delegación Álvaro Obregón, que no es algo extraordinario. Hay una falla geológica por esa zona.

Esto último es lo verdaderamente preocupante. De ocurrir algo que provoque un sismo de más de 3 o 4 grados, con esa cercanía… ya valimos. Algo con mayor fuerza será la ruina de la ciudad. ¿Se sabrá algo ya lo riesgo que hay ya latentes? Me refiero a sí se sabrá si hay un mega agujero creciendo por ahí o algo peor pero es un secreto que las autoridades prefieren guardar pues ¿qué podría hacerse? Anunciarlo es crear pánico, no tenemos la tecnología para arreglarlo y, tampoco medio para desplazar a todos los posibles afectados.