La última vez que me preguntaron sobre complejidad computacional en un examen fue cuando apliqué por ingresar en el programa doctoral del CIC. Si bien ese examen era de opción múltiple, y las alternativas daban una idea de la posible respuesta, el tema no es sencillo y requiere un buen conocimiento de algoritmos y la forma en que estos trabajan.
Mientras escribo esta entrada, estoy en un periodo de preparación para una entrevista técnica. Sí, de esas en las que a uno lo ponen a resolver un problema siendo observado por un examinador. Aunque no niego que haya personas que no se ven intimidadas por esto, dada su experiencia, habilidad y conocimiento, creo que la mayoría de las personas que nos dedicamos a la informática y computación odiamos estas entrevistas. Personalmente, creo que éstas sólo demuestran un solo aspecto de un individuo (capacidad de codificación… y tal vez trabajo bajo presión) pero no veo cómo ellas puedan resaltar otras capacidades (iniciativa, tenacidad, conocimiento de un entorno técnico y administrativo, conocimiento tecnológico y científico… en fin muchos otros aspectos), así como vicios y malos hábitos (programación descuidada, uso no óptimo de recursos, falta de seguimiento de estándares, y una lista aún más larga). El potencial empleador me ha dado ya una idea de lo que se pregunta en el examen, y resulta que preguntan por la complejidad computacional también, y hay que responderlo «al vuelo.»
Cuando cursaba el doctorado, junto con varios de mis compañeros del programa, participé en los procesos de reclutamiento de Oracle (que regularmente va al CIC en la búsqueda de mano de obra barata). Ellos aplicaron también con Google y otras tecnológicas americanas grandes. Ellos se decían decepcionados de que se les examinara por sus capacidades de programación y que nada se les preguntara por sus publicaciones o proyectos de investigación.
Ciertamente las entrevistas técnicas son algo engorrosas, intimidantes y pueden ser frustrantes, pero creo que son necesarias. No sólo para conocer al candidato, sino también para conocer al empleador. Una entrevista vaga y floja sólo es síntoma de una organización vaga y floja.

