Desde el punto de vista lingüístico, el término «castellanización» se refiere:
- al proceso propio del español o castellano de naturalización del léxico y la fraseología de origen extranjero;
- al proceso político de expansión lingüística del castellano en países o regiones donde se hablan históricamente otras lenguas y de desplazamiento y sustitución lingüística de dichas lenguas y asimilación lingüística de su población.
Pero, ¿cuáles serán las reglas al respecto? Supongo, y me inclino a pensar, que no las hay. Se trata simplemente de un proceso de racionalización que es impulsado por una moda o tendencia de comunicación en el que una población adopta un término de otro idioma y busca adecuarlo. Creo que este es el mejor ejemplo de lo que debería ser (y que a últimas fechas parase haber perdido el rumbo) la RAE.
Muchos opinan o creen que la RAE debe ser un órgano regulador peor en realidad es un organismo recolector que puede ayudar refinando una adopción más no imponiéndola. Por ejemplo, el caso del vocablo tweet, adoptado como tuit, por obvias razones de pronunciación. ¿Existirán Twitter y los tweets en unos 50 años? Es probable que sí, pero pudiera ser que no. ¿Por qué castellanizar al vocablo si pudiera ser una moda pasajera? Y, al menos para muchos así pudiera parecer, la castellanización de una palabra es algo que ésta se ganaba después de muchos años, si no décadas, de uso. Sin embargo, las cosas han cambiado, y más que por la importancia del canal de comunicación que esta red social ha establecido, es por el registro histórico que ésta ha logrado, es que el término se ganó dicho honor.
La RAE incluye la acepción al termino compilar que alude a la actividad computacional de convertir un programa fuente en código ejecutable. Por supuesto, muestra como primera acepción el allegar o reunir en un sólo cuerpo de obra, partes, extractos o materias de otros varios libros o documentos. Así, el resultado de esta acción es llamado «compilación». Y aquí viene lo curioso.

Si un lenguaje de programación puede o debe ser compilado, hablamos de una cualidad de éste, por tanto posee algo que deberíamos describir por ello. El referirnos a esta capacidad mediante el verbo o el resultado de la acción parece algo rebuscado, por ejemplo decir «sí, se trata de un lenguaje que se puede compilar» (aunque es el programa lo que compilamos, no el lenguaje en sí). ¿Por que no ha sido adoptado el adjetivo «compilable»? ¿Deberíamos decir «sí, es un programa que sí compila»? No del todo, pues decirlo es referirse a la validez del programa (sin errores léxicos, sintácticos o semánticos), y puede que no busquemos decir eso, sino referirnos a la posibilidad, si es que se trata de un programa escrito correctamente, de que puede ser usado para generar un programa ejecutable.
Al margen de esto, me surge una duda. ¿En qué momento, para la RAE, se gana el derecho de crear un adjetivo?