He visto y me ha tocado trabajar con infinidad de teclados, generales y especializados, buenos y malos. Creo que la configuración de teclados es el problema más común y recurrente con el que nos topamos pero también el que más fácilmente olvidamos. La gente tiende a aceptar lo que tiene, pese a que cada rato esté sufriendo con ello, prefiere aprenderse una distribución de teclas distinta a las que muestre físicamente su teclado a tener que invertir algo de tiempo buscándole como empatar teclas y resultados.
Hace poco me hice de un teclado Microsoft 400 abandonado por ahí en el laboratorio para el equipo que tengo ahí en el CIC. Uno pensaría que, por ser de la misma empresa que el software que está haciendo correr el equipo con el que uno trabaja, menos problemas deberían haber pero no es así.
Descargué el driver (Central de Mouse y Teclado) del sitio de Microsoft. Aunque el Windows 7 lo reconoció, el mapeo de teclas no es el correcto: acentos, la tecla bajo la tecla de ESC, llaves y signos de admiración e interrogación están mal. El sitio de Microsoft dedicado a la «Solución de problemas de teclado y cables» tampoco ofreció una solución.
Mi razonamiento dictaba que si el problema es el teclado, la configuración de éste es lo que debía revisar. Nada encontré ahí que me ayudara en el problema. Supuse que lo que buscaba debía estar en otro lado.
Y así fue. Yendo, mediante Panel de Control, a la «Configuración regional y de idioma«, mediante la pestaña «Textos e idiomas» (botón Cambiar Teclados) fue que logré cargar otra definición de teclas, la definición latinoamericana fue la que finalmente solucionó el problema.