De cultura e infraestructura vial (87)

Antes del paréntesis de los «ciclistas no inocentes» venía hablando de los autos eléctricos (incluyendo híbridos). Tema que ha tomado especial relevancia para la CDMX por las cuestiones ambientales que ha venido experimentando.

Al respecto de esto último, creo que también debe considerarse que las condiciones climáticas no son las mismas de hace 20 años. Quizás ni las mismas de hace diez años. En mayor o menor medida, quiérase aceptarse o no, los habitantes de la CDMX hemos alterado mucho, muchísimo el entorno geográfico del Valle de México. Si bien o hemos eliminado las pequeñas montañas y grandes cerros que lo rodean, si hemos desaparecido algunos pequeños. (e.g. lo que ahora es un estacionamiento de la Ibero, en su campus de Santa Fe, había ahí un cerrito; a mí me tocó ver como iniciaron, subiendo «quien-sabe-cómo» una pequeña pala mecánica a su punta para poco a poco irlo rebanando hasta dejarlo lo suficientemente plano para servir de estacionamiento).

Como sea, el tema de los autos eléctricos ha tomado auge. Dicen que Tesla llegará a México hasta el 2017. Mientras, Nissan se ha visto lenta metiendo sus Leaf, Honda y Toyota se han quedado dormidas en sus laureles con su Civic híbrido y su Prius, respectivamente. Podían haber hecho el negocio del siglo en una ciudad que prefiere el auto al transporte público1.

El GDF ha venido impulsando la incursión de taxis eléctricos y, aunque lo anuncien con bombos y platillos, realmente es nulo su impacto por el momento.

Referencias

  1. Francisco Pazos, «Prefieren usar auto privado», Excelsior, sección Comunidad, pág. 1, México, D.F., 2014-11-26. URL: http://www.excelsior.com.mx/periodico/flip-comunidad/26-11-2014/portada.pdf.

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