La semana pasada, al momento del pago de la consulta al ortodoncista de mis hijos, le recalcaba a éste el que me hiciera llegar mi correspondiente factura. Salió a relucir todo el proceso detrás de los esquemas electrónicos que el SAT a habilitado e impulsado. El dentista por supuesto se mostró algo frustrado, contrastando con la satisfacción que yo podría expresar al respecto. Yo le comentaba al dentista que, a comparación de los servicios de la anterior Secretaría de Hacienda y Crédito Público que anteriormente se encargaba de las tareas tributarias, en las que había no sólo que seguir tortuosos (bueno, quizás algunos aún lo sean) procesos y acudir a las oficinas que ésta tenía en lo que bien podría ser comparado como una experiencia infernal, la transformación a lo que hoy es el SAT, su esquema de citas, lo expedito que resultan sus procesos y el impulso a hacerlo en electrónico es algo que merece respeto y un aplauso. Por supuesto es algo que ha tomado años, décadas para ser más preciso. No es obra del actual titular del SAT (que como el dentista evidenció debe ser la imagen que mucha gente tiene) ni de su antecesor. Es algo que como menciono ha tomado décadas y me gustaría pensar que es algo que ha sido planificado a muy largo plazo.
Salió en la conversación, sin embargo, que bien no todo puede ser perfecto. ya que el me comentaba de una mala experiencia con el envío de una factura. Yo le platiqué de una experiencia reciente, en la que al tratar de hacer uso de los servicios del SAT sólo obtenía una página en blanco. Después de la obligada espera, reintentos y preguntas si podría ser el servicio, uno llega a considerar que puede ser su propia máquina. Por lo que una rápida revisión de la configuración de Java reveló el problema y pude resolverlo. Claro, porque yo sabía como hacerlo y no pude comentarle al dentista que en ese momento me preguntaba sobre la frustración que un contador (o un dentista) podría sentir al no poder hacer uso de una tecnología al que le obligaban a hacerlo y el tener que llamar al soporte técnico del SAT que le podría ayudar pero igualmente no si no entendía lo que le pedían hacer.
Sí, se lo que muchos lectores llegaran a pensar. Hace algunos años, cualquier profesional ajeno a la computación e informática podía darse el lujo de decir que no le podían pedir un grado en esta materia para cumplir con sus obligaciones fiscales. Tal vez hoy en día contar con un grado académico no sea necesario, pero un cierto conocimiento básico del uso y configuración del computador es imprescindible, como leer y escribir lo es para poder desenvolverse en el mundo actual.