En la guerra de encuestas y propaganda de este periodo electoral, dicen que el PRI aventaja y representa un 50% de los votantes. Yo creo que se engañan a sí mismos dando tanta credibilidad a esto de las encuestas (ya escribiré de esto después). Sin embargo, creo que todos aún recuerdan lo que este partido representa. Muchos escribieron al respecto cuando se hizo el anuncio de quién fue seleccionado para contender por las elecciones presidenciales, argumentando que no era mas que la más clara representación de cómo era el partido de antaño y que así continuaba hoy en día. Sin cambios. Autoritario. El partido dicta, los militantes obedecen.
El PAN por su lado hizo una campaña y elección propia, dando al menos la impresión de ser más democrático. Desafortunadamente, dos de la tercia de opciones ya estaban más quemados que nada, por lo que el desenlace era predecible. En cierta forma creo que se repitió lo mismo que hace seis años con Calderón: el candidato más gris y poco conocido fue el seleccionado por la militancia del partido.
Ya en campaña, el PRI es el que más ha estado buscando venderse, mercadológicamente hablando. Es decir, es el que más promoción ha hecho.La candidata del PAN, ha seguido con una campaña igual de gris que su precampaña. Muy apagada, la verdad.
Igual que en ocasiones anteriores, es común que a uno le pregunten: «¿Cómo ves los candidatos?», «¿Por quién votas?» E igual de común es escuchar o dar la respuesta: «Pu’s ni a quien irle…» Reflejando lo que creo es la conciencia popular: las implicaciones del regreso del PRI al poder, el que la candidata del partido en el poder no tenga la misma presencia e impacto que del candidato del PRI, y la falta de más opciones.
De los otros dos no hay mucho de que hablar. AMLO sigue con su aire redentor, sólo cambió su papel caudillista por el de un «cariñosito», siguiendo con las mismas propuestas y quejas. Viendo complots en su contra por doquier.
El otro sujeto, Quadri, simplemente me parece un relleno, un tipo de chivo expiatorio. Simplemente había que proponer a alguien para «salir en la foto» y agarraron al primero que apareció. Literal.
«Quadri». Curioso apellido. Nunca antes lo había escuchado, así como tampoco como de quien lo porta. Supongo que mucha gente también se dirá lo mismo. Un personaje que, para cuestiones prácticas, es un completo desconocido. ¿Habrá quién vote por el? Sí, supongo. Despistados y acarreados. 1.8% del electorado según algunas encuestas.
Con tan baja participación en el mercado electoral habría que eliminarlo. Todo el uso de recursos de campañas y lo que se ha usado por el gobierno, más lo que se usará en los comicios para él, no es más que un desperdicio.
Y ya tocando el tema, debería haber una cláusula en la ley electoral que dijera que después de iniciadas las campañas y llegada cierta fecha, si se demuestra que un candidato no ha obtenido una parte proporcional de intentos de voto similar a lo que sería el padrón electoral dividido entre los candidatos registrados, se le retiraría de la contienda y todo el dinero restante de origen gubernamental o privado que el partido tuviera para los comicios en los que intentó participar, se destinarían en instituciones de asistencia pública. Sería bueno, ¿no? Ya no nos dolería tanto el enorme desperdicios de dinero que se hace en las campañas políticas y parte del dinero se haría llegar a lugares donde verdaderamente se necesita.
Similarmente, la misma ley debería incluir una cláusula para el partido ganador, con la que se obligaría a éste a restituir una parte (o totalidad) del dinero que el gobierno le proporcionó para su promoción, para ser destinado a programas de asistencia pública. El triunfo cuesta y hay que pagarlo, ese debería ser el razonamiento.
Simplemente la sociedad ya no quería saber nada del PRI ni del PAN, ni del PRD ni del PAN (que sólo jalan para sus causas y no cumplen nada de lo que prometen al final del día). Simplemente se optó por elegir a alguien que no representara a un partido antagónico con todo lo que alguien propusiera, no por ser bueno o malo sino por no venir de éste. Simplemente se optó por elegir un candidato que al verse respaldado popularmente sabría que no tiene que responder a ningún interés político más que al de los electores.
¿Y qué pasaría?
Bien, supongo que después de superar la impresión inicial, dos cosas podrían pasar. La primera es que ya viéndose victorioso se voltearía con quien lo postuló para saldar su deuda. La segunda, que creo sería la más probable, es que ya entendiendo que ganó y el porqué ganó, sabría que no tiene cuentas que rendir a nadie y estaría en posibilidad de hacer un verdadero cambio. Mandando a olvido a quien trató de manipularlo. Sacando y exponiendo todas la suciedad y contubernios que han venido existiendo y dándose bajo la protección de los personajes electos anteriormente.
Por supuesto, para que todo esto funcione, el que el candidato presidencial gane no es suficiente, habría que hacer que varios otros candidatos ganaran, no de un partido sino de varios apostando por la persona, no el partido. De una forma en la que ninguno tuviera una mayoría con la que pudiera impedir o forzar a que las cosas se dieran.
Esto es algo que mucha gente no acaba de comprender. Creen que el el que está en el poder es quien hará que las cosas ocurran, que es el responsable de los males (más que de los aciertos), que sólo basta hacer que él quiera hacer las cosas para que se hagan. Se les olvida que vivimos con un sistema de gobierno, no en una monarquía.
Ejempos los tenemos a montones, desde la satanización que han hecho de Salinas, hasta los desaciertos y problemas que les atribuyen a Fox y Calderon directamente. La mayoría de la gente no ve que un individuo difícilmente hará un cambio (para bien o para mal) si delante de él hay grupos que impedirán que sus propuestas y acciones prosperen. Igualmente, sin importar si son para bien de unos o de muchos, o si son para el mal de todos. Al final del día son los intereses de estos grupos los que predominan, por lo que mientras la propuesta no venga de ellos (y así cuide de sus intereses), y si está de su parte hacer que no avance, así será.