Me acabo de topar con una publicación en Medium (que no vale la pena citar como referencia) en la que alguien comparte sus opiniones sobre lo que fue un año de pruebas con distintos ratones (y sólo ratones). El artículo sólo vale como una referencia de una experiencia de uso.
Si bien me atrevo a decir que el artículo no pasa de «una experiencia de uso», carece de metodología y, mucho menos, es un «estudio» al respecto, estoy consciente de que lo que he publicado aquí bien carece de lo mismo. Sin embargo, quiero dejar claro que mi propia búsqueda me ha permitido entender lo que un verdadero estudio de mercado y tecnológico debe ser y sobre lo que en los dispositivos estudiados se debe buscar (se deben establecer objetivos del estudio, metodología a seguir y resultados que se pretenden). Y, un estudio de esta naturaleza no puede estar limitada a la experiencia digital (trabajo de precisión o no, no es lo mismo lo que un diseñador gráfico hace contra la actividad de un programador, aunque ambos puedan pasar el mismo tiempo en el computador) sino debe inluir cuestiones ergonómicas y fisiológicas que se extiende en el espacio (el escritorio o mesa de trabajo, por ejemplo) y el tiempo (8 horas de uso, 5 días a la semana por varios meses… y veremos lo que las muñecas, ojos, codos, hombros, y espalda tienen que decir).

Ya dejé un comentario en esa publicación, señalando lo que mi experiencia me dicta: el mejor dispositivo no es un ratón, sino un trackball. En este caso, el MX Ergo de Logitech.
