Entonces, hablar de algo duradero, algo que nos permita ver y disponer de nuestros datos por el tiempo que sea necesario, es algo que se tiene ya muy en cuenta. Por un tiempo se pensó que la forma natural de hacerlo era manteniendo el software original con el que se generó aquello que buscamos conservar e ir actualizándolo en su formato y medios de almacenamiento. Pero, el tiempo mismo nos ha mostrado que la permanencia de los productos y sus desarrolladores no están inmunes a su paso y un proceso de actualización de formato o medio de almacenamiento es demasiado costoso (tecnológicamente y en recursos).
Hoy ya no es algo de puro interés comercial, académico o profesional, es también algo personal. Generamos y buscamos atesorar los recuerdos, experiencias, conocimientos y vivencias que almacenamos o son producidos digitalmente. Aunque mucho de ello es difícil que lo lleguemos a volver a ver o revisar dada la producción diaria de nuevo contenido (y sin tomar en cuenta lo que nos comparten), también nos preocupamos por su almacenamiento y disponibilidad. Por lo que tarde o temprano nos toparemos con la incompatibilidad de formatos o elementos de hardware o software necesarios para su reproducción y ello nos llevará a pensar en el paso del tiempo y mirar a un futuro incierto.
Dr. Edu 