El pasado mes de abril, regresando de un viaje, mi MBP dejó de funcionar. El disco duro interno se averió. Como decimos aquí en México, «valió…». Tengo mis respaldos, pero aún así he perdido una semana de cosas que tenía ahí.

Ya sea que haya sido la membrana que conecta al disco con el mother board o el disco en sí (que de cualquier modo le cambiaron la membrana), la cosa es que el disco duro no tiene arreglo. Supongo que en todo caso puedo acudir a un laboratorio especializado en recuperación de datos pero es algo que no es barato. De entrada, unos $2,000.00 MXN, seguramente, por el disco que me darán con lo que puedan recuperar del descompuesto, que era de 750 GB.
La reparación no fue barata, pero sí algo que podía pagar, ya que por el momento no puedo costear un nuevo equipo. Los precios de Apple se han ido por los cielos. Así que, aprovechando el momento, he llevado mi equipo a 16GB de RAM y le puesto un SSD de 1 TB.
Tras la reparación, la diferencia en velocidad ha sido notoria. Antes del fallo (quizás por el disco que ya empezaba a dar problemas), mi tiempo de boot era de unos 90 a 120 segundos, en una cuenta en la que no tenía nada de sobrecarga extra. En la cuenta con la que trabajaba, en la que levantaba la sincronización con tres nubes, con la que me enlazaba a 5 servicios de correo, 4 redes sociales, levantaba servicios «fancy» (como el reconocimiento vocal y tenía todo ese endulzamiento visual de efectos y demás), tardaba unos 5 minutos… y si la dejaba actuar sin interrupción alguna.
En el servicio de reparación me han dicho que el equipo que poseo es muy cotizado entre los consumidores de Apple, pues tiene muchos puertos y, en general, han salido buenos. Los del taller de reparación me dieron pormenores de otros modelos, de escritorio y portátiles, que se han caracterizado por que la tarjeta de video se les ha quemado, la memoria les ha fallado, la batería se les quema rápido (y la mía por cierto me dice que «está nueva»… ya escribiré sobre ello) o, como el mío, en el que la membrana y disco duro es la falla más característica.
En fin, directamente relacionado con la innovación tecnológica del momento, están las averías. Cada «innovación» es pisar terreno desconocido. Uno pensaría que, por ejemplo, si se va a instalar una nueva tarjeta de video, se harían las pruebas correspondientes para determinar la cantidad de calor que esta genera y que tras un determinado tiempo de uso, el contar con algo que disminuya la temperatura será necesario. Pero, ¿realmente así será? O, ¿será acaso que Apple omite deliberadamente estas pruebas (o sus resultados) para forzar el reemplazo de sus equipos por envejecimiento prematuro?