Vivales

No hace mucho, atendiendo un encargo de Miriam, fui a comprar un par de playeras que ella necesitaba. En el lugar donde las compré debe uno tomar turno y esperar a ser atendido cuando los empleados de la tienda llamen al siguiente turno. No me desagrada el sistema aunque, si bien habla de que el negocio que lo ha adoptado tiene demasiada demanda o problemas para tender eficazmente a su clientela, creo que es una forma de mantener el orden y respetar a los consumidores. Claro, mientras se respete este sistema.

Poco después de mi apareció un sujeto que tomó su turno y se puso a mi lado. Unos segundos después se acercó un poco al mostrador. De inmediato supe que se trataba de uno de esos oportunistas que buscan ser atendidos sin respetar filas, turnos o cualquier medida de orden. Por lo que a mi pesar, me preparé para hacer respetar mi lugar. Un rato después, una de las empleadas al desocuparse le dio su atención a esta persona y hubo que poner orden. La chica trató de justificarse pidiendo ver nuestros turnos y al ver que yo tenía razón  no le quedó más que atenderme. El mencionado vival, en lugar de por lo menos sentirse apenado, se enojó (aunque no dijo nada), lo que al menos compensó mi propia molestia.

Ahora bien, mi molestia no es sólo por el hecho de que uno deba tener que llamar la atención a otras personas para que respeten algo que es una norma básica de civilidad y las buenas costumbres, algo que no debería pasar mas que en una sociedad donde lo anterior no signifique nada. Mi molestia también es por el hecho de que deba uno tener que llamar la atención a gente que debería verse obligada, por lo menos, a la cortesía que deben a sus clientes. La molestia es también por el hecho de que, a pesar de que mucha gente presume que pertenecemos a una sociedad madura y con un gran legado cultural, la verdad aun tenemos mucho por donde crecer y trabajar para poder decir que tenemos una sociedad digna de ser tomada de ejemplo.

Ciertamente tanto es culpa de este sujeto como de los empleados que no respetan su propio sistema de atención y dan preferencia  amigos y conocidos. Incluso ante mi reclamo de que se respetaran los turnos y que yo estaba antes, la empleada quiso ver los turnos y se ve que conocía a este abusador. Me molesta la necesidad diaria de hacer respetar lo que es correcto, cuando debería ser sólo en situaciones excepcionales. La verdad es que nuestra cultura no promueve este tipo de valores, no hay respeto al orden.

Un comentario en “Vivales

  1. Hola, yo al igual que tú he tenido gran cantidad de incidentes por gente que no respeta las filas, de hecho como trabajo en el gobierno pues se da mucho ese y otro tipo de arbitrariedades que lo desgastan a uno, pienso que eso se debe a que en tiempos de la colonia los descendientes de españoles tenían ese tipo de privilegios, de hecho el otro día leí un relato que supongo ocurrió en la segunda mitad del siglo pasado, en donde una mujer blanca llegaba y la atendían primero en una tienda, habiendo indígenas haciendo fila; de hecho el otro día en comprando pan en los “Bisquets Obregón”, llega una anciana blanca que se ve ha tenido ese tipo de privilegios en toda su vida, yo era la segunda en la fila, esa mujer llego directo para hacer su pedido, entonces le dije que se formara, una señora morena le cedió su lugar, luego que me atendieron me volteé hacia la señora y le dije “señora sabe porque no le cedí mi lugar, porque se ve que es la clase de mujer que durante toda su vida ha tenido privilegios debido a que es blanca, para usted sólo los indios hacemos fila, pero eso está mal y las cosas deben de cambiar en algún momento” algunos inclusive el empleado me vieron con cara de aprobación a excepción de la morena. Yo me di cuenta de muchas cosas por el estilo a partir de que visite otros países y me di cuenta que en algunos la gente me trataba con cortesía, sin la majadería que a diario percibo en la gente de aquí. En Canadá pienso que la gente respeta las filas, porque allá existe diversidad de migrantes, el atender antes a una persona de cierto origen que a otra se interpreta como un acto de racismo, e inclusive uno puede demandar, de hecho pienso que mejor la Reina Isabel haría fila antes que alguno de nuestros compatriotas prepotentes. Aquí gente de todo tipo se cree con privilegios, en las filas de comida meten como a seis amigos, pero si uno reclama la que se gana mala fama es uno, no se dan cuenta que el respetar ese tipo de normas es lo que hace que una sociedad pueda convivir en paz. También la gente que goza de privilegios debe empezar a cambiar su actitud, yo una vez le señalaba eso a un jefe extranjero que tuve, luego me decía “prometo no abusar de mis privilegios”, cuando la ocasión lo ameritaba.

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