El lunes por la tarde me buscó una ejecutiva de Banamex nuevamente para tratar de entender cuál era mi problema con los servicios de banca de inversión (ver post previos: I, II, III). No sé si se van rotando («pasando la bolita») o si era el siguiente nivel de escalamiento, pero he recibido cinco de estas llamadas y en cada una es una persona distinta que busca tratar de entender cuál es el problema y ver si hay algo que no se ha probado o preguntado.
La chica que me llamó en esta ocasión me hizo un recuento (incompleto) de las pruebas hechas, evidencia recibida y estado del problema. Preguntó si el problema aún seguía y también preguntó si el problema lo había tenido siempre o si alguna vez había podido hacer uso de los servicios de los que estaba reportando el problema (preguntas que me parecieron algo tontas o innecesarias pero hay que ser paciente). Respondí a todas sus preguntas hasta que empezó con la ya conocida frase «A nombre de Banamex le ofrezco una disculpa…» que fue cuando la paré y le expliqué que el recibir disculpas (que eran dadas por script o protocolo) no servían de nada por lo que podía ahorrárselas (lo más amablemente posible para que no se me ofendiera) y mejor tratar verdaderamente de resolver el problema o ver que efectivamente se hiciera algo por resolverla. Quedó de darle seguimiento y de ponerse en contacto conmigo pero desde el momento en que me mencionó que «iba a verificar el problema» (a lo que le increpé ¿verificar qué? ¿Que no estaba demostrado que el problema no es mi equipo, sistema operativo o browser y sus configuraciones?) supe que por muy comprometida que estuviera, su posible ayuda o interés estaba condenado al olvido, en otras palabras que ya «había valido» el asunto.
Ante la falta de una solución y el silencio e incomunicación que he recibido de parte de las áreas encargadas de dar atención al cliente o sobre el seguimiento de fallas, no me ha quedado otra más que seguir con la muy mexicana receta de estar «chinga y jode». La próxima semana el reporte del problema ya tendrá tres meses. El asunto ya me está aburriendo.


