Apuñalándose Solitos

El 29 de julio del 2009 se dio a conocer la noticia.  En el Excelsior se leía el título de la nota «Buscan cobrar regalías por escuchar música» y el texto de ésta describía como la Sociedad Mexicana de Productores de Fonogramas y Videogramas (Somexfon),  la Sociedad de Autores y Compositores de Música (SACM), la Sociedad de Ejecutantes (Eje)  y la Asociación Nacional de Intérpretes (ANDI) están facultadas por ley para establecer tarifas y cobrarlas por conceptos que van desde derechos por ejercer una actividad  musical (artística, interpretativa) hasta por regalías por el privilegio de hacer uso o reproducir audio o vídeo en algo que no sea una actividad personal. La nota describe algunos hechos y experiencias en las que dueños de algún establecimiento comercial fueron visitados por una abogada representando alguna de estas asociaciones, tratando de cobrar su cuota so pena de ser multados o decomisarles sus equipos de audio y en los que hasta por tener la radio amenizando su negocio les pretendían cobrar.

Creo que todos estarán de acuerdo en que el derecho de la propiedad intelectual es algo básico y necesario para garantizar la autoría y legítima retribución de un trabajo y así fomentarlo. Pienso que nadie lo discute.  Además, creo también que no hay nadie que no haya leído la famosa leyenda que acompaña a materiales de este tipo y que dice algo como «prohibida su reproducción para fines de lucro o en espacios públicos». Aunque para el caso de la radio y televisión estaría bueno explicaran el asunto, ya que esta leyenda o advertencia nunca la he visto en un aparato receptor ni tampoco recuerdo haberla escuchado como parte de un promo, corte o viñeta por parte de la estación difusora.

Sin embargo,  creo que ni el momento ni la forma son los apropiados para tratar de hacer algo que, si no lo hicieron en los pasados 50 ó más años de que estos medios han estado disponibles para todos los consumidores, su oportunidad ya pasó.

En una época en la que los Derechos de Autor ya son mal vistos, pisoteados e ignorados, en los que la descarga de música, las copias no autorizadas y su exhibición pública no sólo es costumbre sino una forma en la que muchos se hacen de estos medios por no poder pagarlos o lo ven como una parte ya natural de su negocio o su mercadotecnia, llegar para cobrar algo que nunca se ha hecho me parece una mala estrategia y desesperación por ver que un modelo de negocio se les va de las manos. A mi parecer, esto sólo hará ver (o recalcar) a las industrias televisora, fílmica, musical y radial como una mafia que sólo le importa seguir enriqueciéndose. Y, ante la impotencia a la que se ha enfrentado al ver pérdidas y dinero que no ha podido obtener, ha retrocedido a técnicas gangsteriles.

Como dije antes, el sentido común dicta que los Derechos de Autor son esenciales pero mucho hay en la forma de aplicarlos para que la opinión pública se ponga de su parte. ¿Por qué no empezar por llegar a un mitín político y apagar el sonido cuando comiencen a amenizar el ambiente, pidiendo pagen lo que corresponde por la ejecución pública de alguna grabación en lugar de llegar con los dueños de bares, restaurates o pescaderías?

Para la industria del audio y video, el tener a la opinión pública en contra es asegurarse de que la violación a los derechos de autor segurirán y se incrementarán. No hacen más que apuñalarse ellos mismos.

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