Cuando usan tu correo por error o alguna razón desconocida (lecciones de un maldoso de frío corazón)

Por alguna extraña razón, es muy común que por la similitud de mis nombres con los de algunos bobos que habitan este planeta, coloquen por error (quiero creer) mi buzón de GMail. Avisos de demandas, cobros de seguros, estados de cuenta, reinicios de passwords, entregas de paquetes,… de todo, de todo he recibido en mi correo de GMail para Ernestinas, otros Eduardos, Edwins, Rodrigos, Ericks, o Erwins de apellidos Rodríguez e incluso Ávila.

A veces algunos de estos correos son o incluyen material de naturaleza sensible y privada que bien podrían meterme en algún lío si el destinatario original decidiera «ponerse punk» en algún momento o si alguna investigación judicial sobre algunos de estos individuos los llevara a mi (y no está por demás ponerse paranoico en estas situaciones… especialmente cuando hablamos de leyes y órganos de «procuración de justicia» mexicanos). Generalmente, suelo contactar al remitente para que tome cuenta del error. La mayoría de ellos responde, pero hay otros 🙄 … que no.

Hace un par de años, me tocó recibir los estados de cuenta de una cliente de una compañía de cable mexicana, pero estos incluían datos de una cuenta bancaria, la dirección de la cliente y algunos otros más que, para mi gusto, ya sumados, proveían demasiada información de la señora o señorita en cuestión. Varias veces insistí con la cablera en que hablaran con su cliente. Costó trabajo primero hacerles entender mi molestia y la importancia de ello. Sólo me hicieron caso cuando amenacé con contactar a su cliente para exponerle el problema y la vulnerabilidad que ello representaba (aunque me extrañaba, ciertamente, que su cliente extrañara sus estados de cuenta, pero podría haber varias explicaciones sobre ello). Pasaron varios meses más y ellos daban excusas sobre la falta o el cuidado que buscaban con su cliente.

Después de un tiempo (y la falta de resultados), entablé contacto con la PROFECO, le expliqué el problema y contactaron a la cablera. La cablera les dio «atole con el dedo» y nada cambió. Reabrí el caso con la PROFECO y pese a que le habían mentido a la autoridad sobre la solución del problema, nada cambió. Debí entonces contactar a la COFETEL y recuerdo elaborar algo sobre los «derechos ARCO«, en otras palabras: debí armar todo un escándalo para poder ser atendido, pero sirvió.

Hoy recibí una solicitud de cambio de password de una cuenta en roblox.com (y ya en el pasado me han tocado cuentas de wordpress.com, Azure y algún correo de Yahoo!).Para estos casos tomo una actitud distinta. Una más de «castigo bíblico», que me permite terminar de tajo con el problema: uso el enlace provisto, cambio el password, me firmo y borro o desactivo la cuenta ofensora.

Así que, no se equivoquen.

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