Ya he escrito previamente de mi experiencia y sobre mis sentires e impresiones de las «entrevistas técnicas». Entrevistas que implican una prueba de codificación o «pair programming» durante éstas. Están también los retos (challenges) o mini proyectos, así como las pruebas o exámenes que usualmente se llevan a cabo usando alguna plataforma de examinación (como LeetCode, HackerRank o TestGorilla, por mencionar algunas, pues hay muchas, muchas más). Además de las pruebas de codificación en estas plataformas, en ellas se hacen también pruebas de conocimientos, habilidades, aptitudes e idiomas, generales o enfocadas a algún puesto o tema.

Algunas son muy estrictas, requiriendo que exista una cámara de video abierta durante la prueba y durante la cual el teclado y el ratón son monitoreados para garantizar que no se haga trampa de alguna forma (algo que también encontramos en los exámenes de certificación o de ingreso a algún programa académico, y en donde se entiende y acepta ampliamente la rigurosidad). Si dicha rigurosidad es justificable en lo que respecta a la obtención de un empleo, creo que la diversidad de plataformas y enfoques de examinación responde a la pregunta sobre si es o no justificable una misma rigurosidad para algo que no se limita a ciertas habilidades o conocimientos, o sea: no.

Así, encontraremos en este aspecto desde aquellas plataformas o procesos que son muy relajados, en los que realmente nada se cuida y de los que incluso veremos dicen girar en torno a un concepto de honor (que la verdad me hace recordar aquel muy famoso meme del «virus gallego») y confían en la honestidad del examinado, aspirante o candidato. Una cualidad que deben manifestar cuando en la práctica de espera que prescindan de ella y sólo cumplan con lo que el jefe o empresa necesitan, aunque ello sea excesivo, injustificado, cuestionable y hasta ilegal.

Como sea, el no considerar que quienes nos dedicamos a la informática y computación estamos acostumbrados a recurrir a la WWW o la documentación en línea, creo que plantea muchas dificultades para poder hacer exámenes buscando conocer a un candidato en forma diferente a como se conduce en la vida diaria. ¿Es esto justificable? Para algunos empleadores sí, pero creo que otros no consideran lo que pueden estar perdiéndose. Por supuesto, considerar todas las posibilidades, necesidades o eventos puede ser difícil.

Pero aceptemos esta rigurosidad, como una forma de (en teoría) poder filtrar a los mejores candidatos y regresemos a las plataformas y su monitoreo. Cuando uno está siendo examinado usando su propia computadora, ocurre que a veces el foco se pierde por alguna alerta, notificación u aplicación que está buscando la atención del usuario, ello puede bastar para descalificarlo a uno, me ha pasado. Uno puede también, involuntariamente, por error o costumbre, provocar un cambio de aplicación y la descalificación no se hace esperar, me ha pasado.

Cuando uno está en casa, puede ocurrir que por alguna razón le hablen a uno si nos encontramos con quienes cohabitan en el lugar, máxime si no se les ha avisado de la prueba; también me ha pasado. Una sombra, el que uno voltee, el que uno levante la vista (por reflejo, cansancio u observar algo que llamó nuestra atención) igual es motivo de descalificación. Alguien tocando en la puerta, una llamada entrante, un mensaje en el teléfono, un pedido de Amazon llegando en mal momento, la alerta sísmica… ufff… motivos y situaciones no faltan para invalidar al examinado.