Un libro que vi en un puesto callejero y decidí comprarlo. Relata los últimos momentos de un joven cartero a quien le diagnostican un tumor cerebral en fase avanzada. Al regresar a su casa, ante todo lo que implica una noticia de esta naturaleza, termina por desmayarse. Cuando recobra la consciencia, demás de su gato Col, encuentra a un extraño idéntico a él salvo en su actitud y en su vistosa indumentaria, quien dice ser el diablo y le confirma su muerte inminente. El diablo le ofrece un trato en el que, por cada objeto animado o inanimado que acepte que desaparezca del mundo, ganará un día de vida.

Esto es la mitad de la trama. El resto es su desenvolvimiento, en el que el personaje central evoca recuerdos y hace un análisis de su vida y al final llega a lo inevitable que todos los seres humanos sabemos y no queremos aceptar.

La historia es entretenida. La contraportada y reseñas dicen que es «divertida» pero no llega a tanto. Es una historia simple, escrita en un lenguaje simple. Diría yo que es algo adecuado para una lectura de secundaria.