Recientemente en las últimas entregas en la serie de entradas dedicadas a los intentos de fraude que la tecnología de nuestra época permite, llegué a mencionar esos intentos de phishing que se han puesto de moda por SMS, Whatsapp o correo, en el que se avisa que uno debe pagar una determinada cantidad para poder liberar una entrega (no es la cantidad a pagar sino la forma en la que se hace, la que es utilizada para robar los datos de medio o instrumento de pago).
El año pasado se hicieron modificaciones a las leyes aduaneras. Una de las modificaciones ha sido que las personas recibiendo productos del extranjero (los importadores) deben proporcionar su RFC para poder recibir la mercancía. La entrada en vigor de este requisito fue hace poco y parece que tomó desprevenido a más de uno pero el asunto parece que ya va quedando estable (es decir, que los comercios piden ya por adelantado el dato o las mensajerías han implementado medios para que el importador proporcione este dato o cualquiera que sea necesario). Yo he terminado haciendo lo propio varias veces, sin tener la necesidad de hacer algún pago adicional.
Alrededor de dos semanas atrás, recibí un correo de una mensajería, MailAmericas, pidiendo un pago por cuotas aduaneras. Dado que estaba en espera de recibir un paquete, no deseché del todo ni inmediatamente el mensaje. Una de las razones para ello es que el mensaje parecía legitimo y la empresa existía (hasta donde pude averiguar pero más tarde me daría cuenta que debí investigar más a fondo).
En el transcurso de una semana recibí algunos otros recordatorios. No demasiados pero tampoco pocos o inconsistentes como para pensar que se trataba de un intento de phishing. Después de algunos días decidí ponerme en contacto con esta mensajería para determinar la autenticidad de ellos. No recibí respuesta pero ello me convenció de que se trataba de algo legal (si suena contradictorio pero así son las cosas; de haber recibido respuesta quizás hubiera desconfiado más). Como sea, dado que la cantidad a pagar no excedía los $60.00 MXN, creé una tarjeta de débito temporal en Nu, le puse algo de dinero y procedí a hacer el pago a través de los medios que MailAmericas proporcionaba. Hasta ahí todo bien y algunos días después recibí el envío.

Sin embargo, dos o tres días después, me topé con otro mensaje de MailAmericas informándome: «hemos detectado que ha recibido una solicitud de pago de impuestos por su paquete que no corresponde. Le solicitamos que desestime dicho mensaje, ya que se trata de un error.«
La verdad, creo que éste es un buen ejemplo para ilustrar algo que raya en la incompetencia y no en la malicia deliberada. Es decir, es parte del caos generado por el SAT, una muestra de sus resultados, y no un intento de fraude. Algo que sólo se suma a la incompetencia humana.
Mientras evaluaba qué hacer regresé a la página de MailAmericas. Realmente, los medios de contacto que proporcionan son casi nulos y no parecen tener ninguna cuenta en alguna red social. Aunque, si descubrí una cuenta en 𝕏 creada para quejarse de ella. Tras revisar el time line de esta cuenta, más alguna referencias por nombre o hashtag sobre MailAmericas en 𝕏, uno concluye que ésta es una mierda (no hay otra forma de describirla): ineficiente, descuidada, inútil, sin responsabilidad alguna y sin capacidad (o intención) de asumirla.
Nu me pide ponerme en contacto con la empresa para poder hacer un reporte de mi problema. Lo hice de la misma (y única) forma en que lo hice con anterioridad (y sobre la que, igualmente, no espero respuesta). Tras ello abrí el reporte con Nu (sobre el que tampoco espero que pase algo; meramente que quede como un antecedente). Como escribí, el monto pagado es poco y no tengo problema para «abonarlo a pérdidas».

