De torturas y frustraciones (4)

Fui a comer a un Toks y encontré que la señal del celular se perdió a mitad del restaurante, pese a estar relativamente cerca de los grandes ventanales que tenía. Lo mismo con las señales de WiFi de negocios, ISPs o de la plaza comercial en la que se ubica. Afortunadamente ofrecía WiFi.

Como era de esperarse, el servicio se ofrece tras la autenticación en un portal cautivo. Y también, as expected, se trataba de uno de esos portales llenos de publicidad de los que uno debe desconfiar para no dar más de lo mínimo necesario para obtener el servicio prometido.

El portal en cuestión ofrece cuatro formas de poder «autenticarse» . Lo pongo entre comillas pues, ¿qué necesidad hay de «autenticarse» para poder obtener un servicio que se ofrece de manera abierta y pública, la verdad no es más que una forma de recolectar perfiles y cuentas para hacer marketing o conformar una base de datos sobre clientes y luego venderla.

Las primeras tres formas de «autenticación» son a través de 𝕏, Facebook y LinkedIn y una cuarta usando un email. Las tres primera no me sirvieron pues no era posible alcanzar a estos sitios al no tener una salida a la Internet (como ya mencioné no tenía señal de celular ni WiFi), una de estas paradojas de la vida moderna que lo hacen a uno pensar porque se ofrecen estas cosas o al menos si alguien validó que funcionaran. Opté por «autenticarme» usando uno de mis buzones.

La «autenticación» sólo pedía el buzón y su confirmación, razón por la que escribo ¿por qué la necesidad de autenticación? Meramente una forma de recolectar datos de clientes para luego quién sabe qué hacer con ellos.

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