Compré este libro en una de las muchas ferias que a lo largo del año se ponen en la Ciudad de México; si recuerdo bien fue hace dos años en La Alameda. Siempre supe y escuché de Lovecraft como el «maestro del terror», y llegué a ver algunas de sus obras en la pantalla chica o la de plata. No había leído sus obras, aunque estaba consciente de todas esas referencias a Cthulu, directas e indirectas en muchas otras.

La verdad, no esperaba mucho del libro. Se trata de un autor que vivió hace mucho y que, si bien influyó mucho en otros, hoy vemos peores horrores en la vida diaria, además de que ya nadie «se traga» tan fácil una historia paranormal. El cine ya ha dado buena cuenta de agotar todas las posibilidades. Claro, aún hay mercado para el cine de terror y horror (para algunos los términos se refieren al mismo género pero yo prefiero considerar al terror como aquél que mantiene a los personajes y al lector en un ansioso suspense sobre las amenazas de la vida y la seguridad, y al horror como el que permite enfrentar a los personajes con la violencia bruta de una desintegración física o psicológica, explícitamente demoledora de las normas asumidas en la vida diaria) y la gente aún cree en fantasmas y fenómenos paranormales (a últimas fechas me he aficionado a ver los videos de fenómenos paranormales que se suben a YouTube, pocos buenos, la mayoría aburridos; ayudan a conciliar rápido el sueño).

De cualquier forma, si bien «La Llamada de Cthulu» quedó en un «bué…«, «El Horror de Dunwich«, «El Miedo Acechante«, «El Color que Cayó del Cielo«, y «En las Montañas de la Locura» resultaron entretenidas, el estilo de Lovecraft es muy repetitivo. Lleno de adjetivos que parecen no terminar de definir, describir o alabar un momento. Desafortunadamente, la trama de todas estas, de una u otra forma, ya las he visto en películas o programas de TV por lo que no me resultaron nada novedosas. Entonces, concluyendo, buena literatura que nuestra época de medios masivos ha terminado por explotar hasta el hastío. ¿Vale la pena leer a Lovecraft en nuestra época? Sí, yo creo que sí.