Reflexiones de un Profesor de Maestría (31)

Cuando se consultó al cuerpo académico si se consideraba pertinente el proceder con una revisión y actualización del plan de estudios, voté a favor pensando que sería la oportunidad para poder traer a éste temas que, desde mi particular punto de vista, son de enorme valor para los estudiantes de la maestría. Temas que veo día con día en la actividad profesional y temas con los que las principales empresas técnológicas están marcado el paso en el entorno tecnológico y comercial. Además, era una oportunidad para poder «traer al presente» el programa de estudios, al que veo muchos años atrás con respecto a lo que el mercado laboral necesita. Claro, también debe revisarse si se está a la par de lo que el entorno académico y de investigación demanda pero hablamos de una maestría cuyo enfoque es «profesionalizante» y si bien la formación de investigadores es buena, no es el objetivo principal y el perfil (e intenciones de éstos) de los aspirantes no es precisamente de alguien que busque formarse en la mal pagada investigación en México.

Trataré de concluir con esta subserie de quejas, exponiendo un útimo punto metodológico que quedó perdido y que es de suma importancia para entender el contexto del caso. Una vez que el cuerpo académico (realmente la mitad de éste, la mitad con mayor producción en «papers» y enfocado a la academia) presentó su producción y lo apuntaló con el mencionado criterio del que el IPN y CONAHCyT echan mano, se propuso una idea de estructura curricular y nombre de una posible línea de generación y aplicación del conocimiento (LGAC). Por supuesto la idea detrás de esa LGAC se enfocó a las áreas a las que se enfocan los mencionados «papers«.

La otra mitad del cuerpo académico, más enfocado a la informática aplicada, las ciencias sociales y la problemática empresarial (pero con menor productividad), consideró que primero debería considerarse y revisar la demanda que actualmente se da en el mercado laboral, así como criterios de elaboración curricular, planes de estudios de otras instituciones educativas y áreas de conocimiento identificadas por organismos profesionales y educativos en el terreno informático. Esfuerzo que no fue entendido y la iniciativa quedó detenida por considerarse tiempo perdido.

Bajo el criterio de productividad ya mencionado, que se consideraba como determinante para la ulterior aprobación del resultado de revisión y restructuración por parte de las autoridades por las que pasaría y llegaría, se determinó que no sería posible mantener dos LGAC (una enfocada a la investigación, ciencia dura y de aspecto ingenieril; y otra a la problemática social, el entorno empresarial y las actividades humanas+). La justificación fue que la producción no era suficiente para soportarla (sin importar la que hubiera y la experiencia de los docentes), así las reuniones de trabajo entorno al rediseño del plan de estudios se enfocaron en mantener sólo una LGAC enfocada a la productividad con la que se sustentaría y la alineación de los docentes a ésta y su perfil.

A partir de esto se comenzó con la idea de propuestas de unidades de aprendizaje. Cómo era de esperarse, los nombres de éstas corresponden con la naturaleza de la productividad de los docentes. ¿Cubren éstas las necesidades del campo laboral? Imposible saberlo (aunque yo me atrevo a decir que no). ¿Están orientadas a objetivos específicos de formación? ¿Están alineadas con el objetivo de la LGAC? ¿Están alineadas con el objetivo de la maestría? No, sólo son meras ideas sueltas. En dicho punto, el panorama mostrado por la lluvìa de ideas disparó el hablar de la «pertinencia» del plan de estudios, que en otras palabra no es más que lo que se describió con anterioridad (la iniciativa que fue detenida y que debió ser el punto de partida): determinar que lo que el campo laboral necesita, ligado a los perfiles de egreso (líderes de proyecto, desarrolladores, especialistas en seguridad, científicos de datos, DevOps, MLOps, comercio electrónico, etcétera) y el mapa curricular para su sustento.

Aunque en párrafos anteriores indiqué el buscar llegar a una conclusión, lo cierto es que este capítulo en la vida del programa de maestría en informática de la UPIICSA aún no concluye. Voces de inconformidad y consultas a autoridades y cuerpos colegiados señalaron un proceder equivocado, que junto con la llegada del periodo vacacional nos llevan a una pausa para su revisión.

+ En el sentido serio y correcto del término, no bajo las tonterías del actual gobierno de López Obrador.

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