Escribí estas notas mientras veía en YouTube la presentación de lo que substituirá al sistema (en PeopleSoft, según yo) en el que se mantenía el CVU. La descripción del video inicia con:
En congruencia con lo que mandata la primera Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación (HCTI), el Consejo Nacional ha venido desarrollando una serie de tecnologías inteligentes y de cómputo que se irán presentando, para prescindir de sistemas privados que implicaron grandes costos, rezagos en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) soberanas y la pérdida de las bases de datos de las comunidades de HCTI en sexenios neoliberales…
Por supuesto que llama la atención eso de «mandata». Primera vez que leo y escucho la palabrita. La definición indica que su origen parte de las «instrucciones u órdenes que da el Emperador a sus administrados o a los gobernadores de provincias«, que irónicamente viene a levantar ese fantasma dictatorial que ha venido rondando a AMLO desde hace tiempo y con esos aires de grandeza que trae (y sospecho que esa «águila republicana» que ha venido promoviendo desde morena es es realidad un «águila imperial»). Adicionalmente, llama la atención que la descripción vuelva a insistir con eso de los «sexenio neoliberales», aunque no es del todo extraño dada la actitud populachera de Álvarez-Buylla con respecto al quehacer científico.
Pero, dejando a un lado toda esa palabrería que la Álvarez-Buylla usa sobre la «ciencia neoliberal», «privatizaciones», el que se «derrochó dinero a empresas o intereses comerciales» y el «beneficio del pueblo», es cierto que el CVU era una pesadilla y la gestión de éste durante el sexenio de Peña Nieto lo empeoró aún más.
Según relata la Directora del CONAHCYT, el trato al personal de sistemas era humillante y esclavizante (que tampoco es nada extraño; quienes hemos laborado en empresas donde el producto o core business no es la generación de software, sabemos que a «sistemas» se le ve como un gasto y mal necesario; los bancos son un buen y paradójico ejemplo). Aunque creo que eso está cambiando, dada mi experiencia de los últimos años.
Según se presume, se busca liberar a la gente de esa pesadilla operativa que era para cada uno tener que actualizar el CVU y se está abordando el asunto con un enfoque más moderno, que no sea este registro un sistema administrativo sino una plataforma para la colaboración científica (lo que me recordó al Mendeley; el concepto que hoy pinta el CONAHCYT como tan innovador, no lo es en realidad). Yo alguna vez dije que era mejor olvidarse del CVU y moverse a LinkedIn (claro que esta propuesta hoy en día sería criticada de neoliberal y de atentar contra la seguridad nacional) pero bueno, se entiende que ello no proceda por haber algo de orgullo nacional en el asunto.
Lo cierto es que también uno se pregunta porque esto no fue desde hace mucho elaborado como algo de prioridad nacional. Pero parece que al menos en esto alguien en el CONAHCYT ha tomado las decisiones correctas. Y ciertamente, el modelo de las licencias de software es algo en vías de obsolescencia en esta era de código abierto. Por las declaraciones que se hacen, imagino que la nueva administración puso el grito en el cielo cuando tomó cargo del anterior CONACyT y vio como los proveedores tenían secuestrados al CONACyT con contratos de servicios y quién sabe qué más (hasta parecer con los datos inclusive). Mucho de ello por los malos administradores que se dejaron mangonear, uno presumiría inicialmente pero en los puestos de quien tiene el poder de decisión siempre se prestan a prácticas corruptas (hasta en la iniciativa privada pasa, lo vi y atestigüe en Banamex). Al menos en esto parece que de ese cambio disruptivo y desastroso que ha sido la 4T, podrá salir algo bueno. Habrá que ver.
Un punto a favor de la actual administración del CONAHCYT es el que ciertamente era una vergüenza que el CONACyT tuviera que recurrir al uso de software comercial en lugar de desarrollar tecnología propia. Es posible que hubiera causas atenuantes, como por ejemplo el si en realidad esto inició con PeopleSoft bien pudo ser porque se veía como un standard de facto (que en realidad lo fue por un tiempo) que permitiría la interacción con otros servicios. Pero, tecnologías van y tecnologías vienen, y todas ellas sucumben por la soberbia, avaricia y glotonería que su momento les confiere. Hoy se ven esas decisiones con los ojos de esta era, en la que el software libre supera a muchos de licencia, y se ve al modelo de licenciamiento como algo aberrante. Así se movía el mundo entonces, lo ven con ojos de hoy y claro que califican las prácticas y acciones como absurdas. Incluso sobre el mismo CVU.
Así, Álvarez-Buylla y su séquito hablan mucho de la soberanía e independencia tecnológica pero, estoy casi seguro, que si nos ponemos a hablar de «fierros» (y le hicieron la pregunta de hecho, pero no la contestó), donde corre este «Rizoma» seguro es en una nube y su costo no debe ser barato. Al final es dinero que va a dar a los bolsillo de alguna grande empresa tecnológica pero es mucho más barato y costeable que comparar y administrar equipo propio. En términos de software, lo que se está usando (el software libre) es patrimonio de la humanidad no es tecnología propia. Lo que haya hecho el área de IT del CONAHCYT sólo es usarlo y unir puntos. No creo que haya tecnología (como tal) innovadora o desarrollada aquí.
La presentación es mucho bla, bla, bla, que el código abierto, software libre, corrupción, «estándares» abiertos, la ciudadanía, el beneficio del pueblo… toda la palabrería gubernamental. Las preguntas muy a modo, especialmente las del Canal 11 y la Jornada.
Según se dijo en este anuncio, Rizoma estaría ya disponible para el 30 de mayo. Llegó ese día y nada. Ya es 31. Ahora sí ya está arriba.

