Upgrade y update

En varias ocasiones he mencionado en este blog y en Twitter de cuando me dispongo a hacer la actualización de alguna aplicación o del sistema operativo de mi Mac. En dichas ocasiones empleo el término upgrade o update. La más reciente de esas ocasiones me   trajo un recuerdo muy particular.

Cuando estudiaba la licenciatura en Ciencias de la Informática, empezaba el boom de las PC y el mercado del software de programas, paquetes y suites empezaba a definirse. Muchos términos y buzzwords empezaron a formarse en aquellas épocas y había muchas confusiones y mal uso de varias de ellas (algunos se conservan aún). Upgrade y update han sido dos de estos términos.

Recuerdo que fue por el 4to semestre que uno de mis profesores nos señaló que upgrade y update no eran lo mismo, y nos enfatizó el uso correcto de éstos términos: update para actualizaciones menores (generalmente un cambio en el dígito decimal más significativo, asumiendo que el control de versiones fuera hecho siguiendo un sistema decimal) y upgrade para todos aquel cambio mayúsculo (así un cambio en el número entero de la versión). Algunos años después algunas empresas quisieron imponer alguna otra convención o modo de nombrar a las versiones. Nantuket Corporation buscó hacer uso de nombres de temporadas con Clipper (Clipper Winter’84, Clipper Autumn’86 por mencionar algunas); Microsoft mismo buscó sacar cada año una nueva versión de Windows, moda que inició con Windows 95. En ambos casos, el tiempo demostró que elaborar un producto de software es mucho más complicado y así, es difícil sacar una versión completamente diferente cada año. Un control de versiones numérico parece más natural y fácil de sobre llevar. La historia ha demostrado es el mejor método y creo que la mayoría de las empresas ya lo han aceptado. Aunque hay algunas que abusan de ello.

Ya antes he escrito algunas cosas al respecto (del abuso de este sistema), especialmente con el caso de Mozilla Firefox. Hacer de cada cambio minúsculo un cambio de número de versión es «abaratar» al producto. La versión 5 de un producto implica cambios y mejoras substanciales sobre la versión 4, ¿o no? ¿De que sirve tener un Firefox 63 si será casi idéntico a la versión 64? Esto sólo provoca que los usuarios y empresas vean al update del producto como algo completamente independiente de la versión y dificultará la identificación de lo que éste provee explícitamente en dicha versión.

Tal vez sea más claro si lo expresamos de la siguiente manera: update va de la mano con con el ciclo de vida natural de algo de su crecimeinto y evolución; upgrade con el de la obsolescencia. Mezclar o perder de vista estos conceptos no puede ser bueno.

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