Obsolescencia versus envejecimiento

Hace poco escribía algo relacionado con el envejecimiento de equipo de cómputo. Retomo el tema porque tengo muy presente que la mayoría de las personas toman la idea de «obsolescencia» como sinónimo de «avejentamiento».

Primero, entendamos la idea de un ciclo natural de vida (para un ser vivo, producto, servicio o proceso), en el que algo nace, se desarrolla, vive por un tiempo y luego muere. Algunos considerarán que, alcanzado un cierto nivel de madurez, lo que sigue es el envejecimiento, causado por la fatiga de un material o proceso al o en el que se pierden ciertas propiedades o ya no se alcanza un cierto nivel de reparación o renovación que hace que fallas o deterioro se vuelvan mucho más notorias, que al final llevan a una falla masiva de todo el sistema (muerte). Algunos otros dirán que desde que se nace, se está muriendo.

«Avejentar» es forzar lo anterior, hacer que algo envejezca, se vuelva o se perciba viejo de forma forza y anticipada a su proceso natural, a su ciclo de vida.

Por su parte, «obsoletizar», el hacer que algo llegue o alcance su punto de obsolescencia es otra cosa. Algo se vuelve obsoleto cuando presenta características diferentes de funcionalidad de uso o utilidad (general y principalmente inferiores) en comparación con algo más. Puede verse como parte del ciclo de vida pero sólo se aprecia cuando es comparado con algo más. Volverse viejo se presenta de forma natural y es inherente al ciclo de vida. Volverse obsoleto no.

Ciertamente podemos volver viejo algo, si abusamos de éste. En forma similar, podemos hacer que algo se vuelva obsoleto, pero sólo si buscamos algo que ofrezca más funcionalidades o mejores formas (en tiempo, costos, características, materiales, etc.) de hacer o presentar con las que ya se cuenta.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.